El Cristo de la Buena Muerte y la Dolorosa protagonizan un emotivo Encuentro
Silencio apenas roto por los toques de tambores y los sones de tuba. La procesión del Silencio enmudeció las calles de Rojales para asistir a la salida del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y la Santísima Virgen de los Dolores.
Las tallas estuvieron alumbradas por cientos de fieles que quisieron acompañar con su luz a las imágenes así como nazarenos de todas las cofradías del municipio, ataviados con sus vestas de colores y portando velas.
El Cristo de la Buena Muerte abrió la procesión, a oscuras, en silencio, emocionando a los asistentes con su paso marcial. Después de la imagen, los nazarenos, alumbrando, en oración. Y cerrando la procesión, la Virgen de los Dolores. Al finalizar el recorrido, ya de nuevo en la Plaza de la Iglesia, ambos pasos, el Cristo y la Dolorosa, realizaron un emotivo encuentro.
Una vez terminada la estación de penitencia, el Cristo y los dos ladrones, ya descendidos del trono, emprendieron el camino hacia el Monte Calvario donde, tras una representación de la Pasión fueron elevados junto a las tres cruces que coronan la colina.
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