El president Ximo Puig pide a las fuerzas y cuerpos de seguridad actúen con la máxima vigilancia para el control de estas medidas, con el objetivo de que «nadie pueda hacer botellones en la calle»
Hacer botellón en la Comunidad Valenciana pasará a ser considerado una infracción grave tras la modificación realizada por el Pleno del Consell este viernes del Decreto-Ley del Régimen Sancionador. Actualmente esta práctica supone una falta leve pero a partir de ahora tendrá una mayor sanción.
Así lo anunció ayer el president de la Generalitat, Ximo Puig, quien ha trasladado a la Delegación de Gobierno y los municipios el mensaje de que las fuerzas y cuerpos de seguridad actúen con la máxima vigilancia para el control de estas medidas, con el objetivo de que «nadie pueda hacer botellones en la calle» y «el que lo haga, que le salga caro».
Tal y como ha trasladado Puig, se entiende el botellón como una práctica de riesgo asociada a los contagios entre la población más joven, que se considerará como una infracción grave.
La sanción por infracción leve, como está tipificado actualmente el botellón, es de multa hasta 600 euros, según el decreto 11/2020, de régimen sancionador específico contra los incumplimientos de las disposiciones reguladoras de les medidas de prevención ante la covid-19. Para las infracción graves, la multa es de entre 601 y 30.000 euros.
Para impedir que se puedan realizar botellones, además de esta medida, el Consell modificará la Ley de Sanidad de 2014 para reducir el horario de la venta de alcohol y fijarlo hasta las ocho de la tarde, dos horas antes que ahora.
En la actualidad está prohibida la venta de alcohol en todo tipo de establecimiento, desde las 22 horas a las 7 del día siguiente, excepto en aquellos en los que la venta de bebidas alcohólicas esté destinada a su consumo en el interior del local. Así pues, se adelanta dos horas la prohibición.
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