El sabor especial de este producto viene marcado por su forma de secado artesanal realizado sobre las finas arenas de las dunas, a escasos metros de la orilla del Mediterráneo
La concejala de Promoción Económica, Gisela Teva, y el concejal de Agricultura, Jesús Tenza, reivindicaron hoy la singularidad de la ñora de Guardamar, “única en toda España” y apostaron por seguir promocionado este cultivo de huerta, regada con las aguas del río Segura, y deshidratada de forma natural en las arenas de las dunas, aportadas también por el Segura durante siglos.
Los dos responsables municipales han visitado un secadero de ñoras junto con agricultores que las cultivan y que en estos momentos trabajan duramente para sacar adelante la cosecha que se calcula rondará los 20.000 kilos.
Los once agricultores de Guardamar que se dedican en estos momentos a la producción del también llamado pimiento de bola han cultivado 30 hectáreas, más de 300 tahúllas.
Ahora es cuando más trabajo tienen ya que están siendo recolectadas y depositadas en las dunas costeras para su secado natural. Para ello se extienden sobre las arenas y se recubren con largos túneles de plástico que elevan las temperaturas hasta los 50 grados. En estos hornos solares permanece el producto entre 20 y 30 días, según las condiciones atmosféricas. Más tarde el proceso continúa con el trenzado manual en ristras.
La ñora de Guardamar que es un producto único conocido por su alta calidad gastronómica gracias a su sabor y olor, está siendo comercializada desde el año pasado bajo el paraguas de Marca Colectiva gestionada por la Asociación Ñora de Guardamar. Su Junta Rectora está formada por el Ayuntamiento, productores, comercializadores, y sector de hostelería. Gracias a esta iniciativa el suelo cultivado es cada vez mayor y los precios de venta han aumentado “aunque todavía son bajos”, apunta Gisela Teva.
En este sentido Jesús Tenza indica que se busca que el cultivo de la ñora sea rentable y cada vez sean más los agricultores que la cultiven. De lo contrario desaparecerá porque el proceso de elaboración es complejo y se necesita de mucha mano de obra. “De ahí que los precios de venta deben ir en consonancia” apunta el concejal.
Explica que la marca colectiva, registrada en la Oficina de Patentes establece los requisitos que debe cumplir la ñora de Guardamar así como la forma de promoción e información a los consumidores sobre sus características específicas. También velar por el prestigio y defensa de la marca, pudiendo denunciar su uso incorrecto, y adoptar medidas para la protección y defensa de los interesados de la marca.
Este proceso, apunta Gisela Teva, concluirá cuando se obtenga la marca de Denominación de Origen (DO), mediante una larga andadura donde lo principal son los agricultores y la rentabilidad que obtengan con la ñora.
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