Guardamar homenajea a los ingenieros que evitaron la desaparición del casco urbano

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El municipio acogió una réplica de la Fiesta del Árbol de 1904

Guardamar del Segura retrocedió ayer hasta 1904 para homenajear a los ingenieros de Montes Ricardo Codorniu y Francisco Mira, artífices de la repoblación forestal de las dunas. Un actuación de especial trascendencia para el municipio, puesto que evitó la desaparición del casco urbano bajo las arenas.

De esta forma el parque Alfonso XIII acogió una réplica de la Fiesta del Árbol de 1904 para recordar las obras de contención que se llevaron a cabo por los homenajeados ingenieros. El alcalde, José Luis Sáez, recordó que ambos fueron los artífices de la contención de las dunas móviles que hace más de un siglo avanzaban cada año 10 metros cubriendo tierras de labor y viviendas, y amenazaban con sepultar el casco urbano de Guardamar.

El entrañable acto celebrado con motivo del Día de Árbol contó con una visita especial, Mercedes, bisnieta del Ingeniero Codorniu. Fue la encargada de leer el discurso escrito por su antepasado un lejano ya  27 de febrero de 1904, cuando se celebró la Fiesta del Árbol en Guardamar.

La concejala de Cultura, Pilar Gay, señaló que es muy importante para nosotros seguir y potenciar todo tipo de actividad forestal ya que «Guardamar no se puede entender sin los árboles ya que nos salvaron de las arenas». Y añadió que la pinada es una de nuestra señas de identidad.

Los actos principales de la jornada han tenido lugar junto al vivero y la casa forestal. Una teatralización escenificó aquel 27 de febrero donde se celebró la fiesta del Árbol, una de las primeras de toda España. Un día de júbilo porque la repoblación forestal iniciada en 1900 ya había logrado detener en parte el avance de las dunas. Ese día Ricardo Cordorniu no pudo estar presente. Su discurso, el mismo leído hoy por su descendiente, fue pronunciado por Francisco Mira, en medio de una fiesta de alegría donde todos los vecinos del municipio estuvieron presentes.

El ingeniero Mira, vestido con un traje de época, fue representado por un actor. Estuvo siempre acompañado por una mujer que representaba al pueblo de Guardamar y a su titánica lucha para detener el avance de las arenas.

Ambos personajes ayudados por personas asistentes al evento escenificaron uno de los episodios de la repoblación forestal. Concretamente la referente a combatir las plagas de langostas que amenazaban con echar por tierra toda la labor realizada al alimentarse con la vegetación. Para ello se utilizaron manadas de pavos que iban “pasturando” por toda la zona dunar alimentándose de los insectos.

En la jornada no pudo faltar la plantación de árboles y plantas de diversas especies gracias a los medios puestos a disposición de los asistentes por parte del Ayuntamiento de Guardamar y de la Conselleria de Medio Ambiente.

Poco antes, el grupo Esperanto de Guardamar plantó diversas especies de árboles  para crear el Rodal Eco-Literario Esperantista, entrelazando ecología y literatura.

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