Fernando, el alcalde

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Antonia Moreno
Vicesecretaria 1ª de la Ejecutiva comarcal del PSOE de la Vega Baja

Hace unos días ha tenido lugar un gesto inusual en política: un alcalde querido, elegido por sus ciudadanos con mayoría absoluta, en mitad de su segundo mandato, deja el cargo para favorecer un relevo generacional. Sin estridencias, sin escándalo, como es él, desde la discrección y la humildad. Fernando Morales, el alcalde de San Isidro, dice adiós a la alcaldía.

Otro compañero le sucederá, por supuesto. Siempre hay quien coja el testigo, a veces, demasiados; rara vez quien lo cede voluntariamente.

Quien haya querido ver en su dimisión, en su renuncia voluntaria, un gesto de cansancio, de hartazgo, de melancolía, se equivoca profundamente y no conoce la energía de este compañero. Quien sugiere razones oscuras para explicar el adiós de una persona como Fernando pone en evidencia su propia miseria política.

Fernando Morales, al que conozco muchos años y con el que he compartido y aprendido lo poco o mucho que sé de política, es un referente de dos actitudes que quizá, hoy en día, sean las más necesarias: la honradez y la ilusión.

Junto a esas virtudes, Fernando ha tenido – tiene y seguirá teniendo- la convicción de que el consenso y el diálogo ha de guiar la acción política si se quieren conseguir objetivos para los ciudadanos. Pero también ha tenido la capacidad de conjugar esa capacidad de diálogo y consenso con la fidelidad ideológica al proyecto socialista para defenderlo con firmeza contra decisiones del PP claramente perjudiciales para los ciudadanos.

La defensa del trasvase Tajo-Segura, la reivindicación del Puerto Seco, la defensa de la memoria histórica con sus jornadas anuales, la lucha contra los recortes sociales de la derecha…. El caso es que, a Fernando -al que sus compañeros de partido llamamos cariñosamente «El Santo»- todos le reconocemos y admiramos y le despedimos de la primera línea política con comprensión hacia su decisión, pero con tristeza.

Ha renunciado un alcalde, pero Fernando sigue siendo nuestro compañero de partido y nuestro presidente comarcal. Ahora, toca pedirle un poco más, un último esfuerzo. Porque vienen tiempos difíciles y esta comarca necesita que todas nuestras fuerzas se vuelquen en ofrecer a la sociedad, a los ciudadanos, un proyecto sólido de transparencia, honradez, gestión y crecimiento económico. Y que lo hagamos todos juntos, todos a una, todos contigo. El PSOE no puede permitirse el lujo de perder la ilusión, la templanza y el talante de un compañero, de un político como Fernando Morales. Por eso, desde aquí, mil gracias por todo lo que has sacrificado de tu tiempo y tu vida familiar y personal para dedicarla a San Isidro y al PSOE. Así es que, como tu dirías, «cambiamos de coche y seguimos el viaje», que tenemos mucha faena por delante.

 

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