Estar a la altura o no, esta es la cuestión

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Manuel Pineda Cuenca / Alcalde de Rafal y médico de familia

Parece que hay políticos que no han entendido bien qué significa la actual situación de Emergencia Sanitaria, estado de excepcionalidad en donde nuestra Constitución prevé que haya un mando único para gestionar la crisis de la COVID-19. En este caso, está claro que los representantes municipales hemos de ponernos a disposición de la Autoridad para ayudar y no para otra cosa.

Lejos de ofrecer ayuda con esa mano tendida, tan necesaria, algunos la echan “al cuello y bien apretaíca¨ con la sola búsqueda del rédito electoral cuando ni siquiera sabemos qué será de nosotros desde el punto de vista vital, aunque ya aparece la luz al final del túnel.

Es curioso ver la protesta, el pataleo, las reclamaciones de ciertos alcaldes y alcaldesas de la Vega Baja, con amenazas del tipo de “cuando esto acabe pediremos las responsabilidades pertinentes” tratando de infundir miedo, como si ellos y ellas fueran el propio coronavirus, recordando otras épocas. ¡Si es que no lo pueden evitar!

¡Qué quieren saber el número de casos de su municipio!, dicen, sí o sí. Bueno, al principio querían saber nombre apellidos, domicilio, estado civil, número de hijos, matrícula del coche y su marca, etc… Luego ya parece que se apocaron un poco y con el número se conforman. Y me pregunto: ¿Qué quieren hacer con un número? Dice el alcalde de Orihuela que es para optimizar recursos. Evidentemente ni Bascuñana ni Almagro ni ninguno de su equipo ha entendido nada. La Covid-19 no les ha enseñado nada.

Una de nuestras funciones en esta crisis es detectar población vulnerable, familias que se han quedado al descubierto, sin trabajo, sin recursos y con dificultades para mantenerse a flote. Ahí es donde debemos mantener la maquinaria municipal funcionando “a tope”, nuestros servicios sociales, y buscar ayudas propias y de otras administraciones para salir todos juntos y que “nadie se quede atrás”. Las administraciones han puesto a nuestra disposición muchas ayudas. La información es abundante y cada empresa o autónomo tiene una situación particular y precisan ayuda para traducirla y ahí también podemos prestar una gran ayuda.

El ayuntamiento siempre ha sido y será la administración más próxima y la que más problemas resuelve de manera directa. Hemos de ponerlo en valor en estas semanas. Me consta que hay ayuntamientos que lo hacen, están en modo “colaboración”. Otros quieren arrogarse competencias de la Conselleria de Sanitat, siempre con el objetivo de regalarse unas gotas de narcisismo y deciden “no abrir los mercados porque desconocen los números de contagiados”.

En estos momentos los alcaldes sabemos que tenemos que seguir las recomendaciones y si nos indican que es bueno realizar una desinfección preventiva por nuestras calles, pues no se hable más, se reconvierten los servicios municipales de limpieza y a desinfectar las áreas más concurridas: farmacias, consultorios o centros de salud, comercios de alimentación, etc … o bien todas las calles como estamos haciendo. Es posible que tengamos que llevar mascarilla todos cuando cese el confinamiento; los ayuntamientos podemos colaborar complementando las mascarillas que la Generalitat o el Gobierno ya están aportando. Aplaudo la limitación de precios establecido por el Gobierno de España. Así es como se protege a todos por igual.

Quiero agradecer infinitamente esa solidaridad y humanidad a las personas y empresas que, de manera altruista, se han puesto al servicio de la población para que todos tengamos material de protección, sanitarios y población en general. Nos habéis dado una lección.

Ha sido emocionante ver cómo las máquinas de aparado de cientos de mujeres de la Vega Baja, que trabajaron para el calzado, se han desempolvado para hacer mascarillas o ver empresas que se han reconvertido estas semanas para ayudar y ser útiles. Gracias a todos y a todas. Recibid el aplauso virtual de este médico y alcalde que ha recordado su adolescencia al lado de una máquina de aparado, cortando los hilos de “los cortes”. Sois muy grandes.

Lo peor de todo es el abultado numero de personas que nos abandonan diariamente, en la más estricta soledad. Un abrazo a todas las familias. Habrá tiempo para el recuerdo. Hagámoslo entre todos, será una explosión de emociones y de energía positiva, lejos del dolor que supone la pérdida.

1 Comentario

  1. Usted está haciendo lo mismo que hacen los que critica, está utilizando su argumentación para obtener rédito político. ¿Le sorprende que el alcalde de Orihuela le pregunte cuantos enfermos de Covid-19? ¿A usted no le interesan los que hay o ha habido en Rafal, simplemente para tomar medidas adicionales a la altura de sus posibilidades? Pues mal alcalde sería Sr. Pineda.
    Otro tema es lo de la maquinaria municipal a disposición de los más necesitados y vulnerables, ya estamos con la demagogia de la izquierda, y los alcaldes del «otro lado» no lo hacen. Y le digo lo de la demagogia, porque con el desastre que nos ha montado su jefe, Presidente del DES-Gobierno, Usted piensa que un pueblo como Rafal o el mío, Benejúzar, puede hacer algo. Además de soplar soflamas al aire.
    Mire lo de las iniciativas privadas para hacer mascarillas, batas, etc de mucha gente Y DE MUCHAS EMPRESAS PRIVADAS, se realiza a pesar de ustedes los políticos. No se pongan la medalla.
    El trabajo, la mayoría de veces, heroico de sanitarios, farmacéuticos, trabajadores de limpieza, supermercados, etc etc ha sido a pesar de ustedes los políticos que nos Gobiernan en Valencia y del Gobierno nacional, por cierto de su cuerda política.
    Gracias a la Generalitat y al Gobierno nacional por las mascarillas, AHORA, CINCUENTA Y CUATRO DÍAS DESPUÉS. Mire señor Pineda le hago una pregunta; ¿Cuántos muertos se hubieran evitado y cuántos sanitarios enfermados si esas mascarillas las hubiéramos tenido al principio?
    Y el párrafo final es ya para felicitarle. Yo ya le felicité por su genial intervención sobre el Valenciano, en contra de los intereses de los ciudadanos que representa, y le recomiendo que se vaya a BENICARLÓ.
    Sin duda tiene Usted el don más preciado de un político; la hipocresía.

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