En el oleaje de la luz y la sombra

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Imagen de Joaquín Marín

Por Mateo Marco Amorós

Dedicado a José Luis Zerón Huguet, poeta

Año nuevo, columna nueva. Titulada En el oleaje de la luz y la sombra es un verso tomado –con permiso del autor, agradeciendo su amistad y generosidad– del hermoso poemario Hable la luz de José Luis Zerón Huguet. Uno no es experto en literaturas y sólo opina como lento y atento lector, pero Hable la luz me parece un poemario excelente, donde una honrada labor de poeta nos ilumina, un poemario cuajado a pesar de que se presente dividido en dos partes aparentemente contrapuestas, aparentemente: «Apolión» y «Xenía». Al cabo un trampantojo porque ambas, como luz y sombra, se complementan.

Porque no hay sombra sin luz, ni luz que iluminándonos no produzca sombras. Al menos las nuestras. Esas que alimentan pesimismos en la zozobra. Aquí, labor de poeta, la importancia de nombrar lo perdido o roto. Incluso con palabras desusadas, muy útiles especialmente éstas para restaurar lo dañado. Labor de poeta, guardián y defensor de la voz contra todo aquello (mentira, desmemoria…) que amenaza toda voz. Escribe Zerón: si al menos pudiera evitar / que el desdén, el dolor, / la mentira en jauría / violen la inocencia de la palabra llena, (…). O… La voz que tuvo fe / nombró aquello que había perdido su nombre.

A principios del año pasado, Fernando Aramburu confesaba a Inés Martín Rodrigo (INFORMACIÓN, Arte y letras, 14.01.2024) que la lengua es el juguete que más le ha durado en la vida. En concreto decía: La lengua, la actividad relacionada con las palabras, supone para mí un juguete, es el juguete que más me ha durado en esta vida. Muy pronto pude comprobar la repercusión positiva que tenía el domino de las palabras. La lengua ha sido mi compañera íntima, cercana, fiel durante toda mi vida, y no dejo de aprenderla.

Y precisamente es en el oleaje de luces y sombras del mar en el que vivimos donde el poeta nos salva de los peligros. Consciente de los límites, pero también de las fortalezas. Un mundo convulso donde el poeta con su labor de poeta nos auxilia. Por ello agradezco toda palabra recobrada que me ayude a decir con precisión mis luces y sombras.

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