Pese a los problemas en el club salinero, el gol local llegó en el minuto 61, obra de Doménech
El Torrevieja, por causas de todos conocidas y ante la marcha de muchos de los miembros de su plantilla inicial, todavía está por configurar, por definir y por arrancar. Es decir, como si la pretemporada no hubiera existido, y además obligado a escapar, con el evidente retraso acumulado, del hoyo en que se está metiendo.
Sin centrales específicos, con nuevos remiendos en la media y casi sin oxígeno en el banquillo, el mérito de los torrevejenses radicó en neutralizar en su estadio a un gran equipo como el Onteniente, destinado a repetir la promoción, durante una hora completa, e incluso hasta el extremo de hacerle pasar incertidumbre al final.
Durante el partido, no hubo ningún misterio en la posesión del balón, que correspondía a los locales, si bien se encontraban con serias dificultades para llegar a posiciones de remate. La disciplina y la concentración de los amarillos contuvo las avalanchas, que según pasaban los minutos se mostraron más preocupados con la tarea que tenían por delante. El Torrevieja no descartaba los contragolpes, pero en buena lógica debían quedar para más adelante, si es que el rival descomponía su esquema en el intento de abrir el marcador. No había fisuras en el trabajo ni en las ayudas en todas las zonas del campo, pese a que en algunos momentos diera la impresión de que nuestra zaga pasaba apuros cuando los locales acentuaban la presión. Se comprendía que lo práctico era el despeje más que tocar la pelota, acción que terminó resultando esporádica por los riesgos que acarreaba.
Miguel Ángel Mullor, entendiendo que debía robustecer la zona de creación, en el descanso sustituyó a uno de sus centrales —huelga subrayar que no habían intervenido mucho— por Abengózar, un centrocampista. Se trataba del primer movimiento táctico para variar los derroteros que estaba tomando la contienda. En efecto, la sensación de agobio se intensificó en la reanudación. Asimismo contribuyeron los golpes francos cerca del área y los disparos desde cualquier distancia.
La táctica del Onteniente se simplificó en el envío de balones a Víctor, espigado delantero que se imponía por arriba a unos centrales que bastante estaban haciendo con ocupar disciplinadamente tal demarcación, pero que en ese tipo de juego no podían responder con igual solvencia. Después de controlar Víctor uno de dichos pases largos, Carrasco le entró por detrás a Víctor incurriendo en penalti al entender del colegiado. Lo lanzó Doménech, con potencia y a la derecha de Buba, que se estiró para rechazar. Era una jugada que, por sus secuelas morales, podía haber aportado otro devenir al resto del encuentro.
Pero el Torrevieja seguía encerrado y apoyándose en las faltas cuando llegaba tarde para cerrar los huecos. En una de éstas, sólo dos minutos después de la pena máxima marrada, el Onteniente acertó con el agujero al quedar Buba descolocado por el extraño que le hizo la trayectoria del balón al ser desviado por la barrera. Un gol de los calificados como «sucios» que suponía el punto de inflexión definitivo, pues los salineros no están en condiciones boyantes para responder. Además, Mullor, ya con ventaja en el marcador y con la capacidad de hacer más cambios, devolvió a la defensa su segundo central con la entrada de Sergi.
Se notó un repentino conservadurismo en el Onteniente, que nunca dejó de respetar a su contrincante. Se movió éste contra su destino tratando al menos de empatar. En estos escarceos sorprendieron varias decisiones del árbitro, que incomprensiblemente no mostró tarjeta a futbolistas valencianos cuando el criterio a la recíproca había sido mucho más rígido. La enorme figura de Buba salvó el segundo tanto en un contraataque llevado por Víctor y Abengózar. Por su parte, los torrevejenses intentaron por todos los medios a su alcance centrar algún balón a Hugo Salamanca, que no logró conectar ningún testarazo.
Viaje baldío en puntos, no tanto en conclusiones positivas. El equipo actuó al cien por cien de sus posibilidades, entregando todo lo que tenía. En El Clariano se podía peder, máxime en circunstancias tan adversas. A partir del próximo fin de semana empieza una serie de partidos con rivales de la zona peligrosa. De momento, se tiene actitud. Ahora falta aumentar la plantilla y mantener o incluso mejorar el nivel competitivo.
Ficha técnica:
Onteniente Club de Fútbol: Raúl Poveda, Fuentes ©, Víctor, Chato (Abengózar, minuto 45), Juanan, Paco, Edu Mesas, Soler (Sergi, minuto 66), Nacho (Cassano, minuto 59), Róber y Doménech.
Club Deportivo Torrevieja: Buba, Vicente Boix, Luis Carlos, Juanmi, Carrasco, Nano (Booker, minuto 61), Matheus, Damián, Pablo Navas, Lewis © y Hugo Salamanca.
Árbitro: González Peris amonestó a los visitantes Vicente Boix, Damián, Lewis, Juanmi, Carrasco y Buba.
Gol: 1-0, Doménech (minuto 61).
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