Desde un punto de vista más tradicional, las relaciones sexuales siempre se han contemplado como algo estrictamente de dos. Una pareja, un encuentro esporádico, una antesala que lleva a dos personas a conocerse de una forma distinta, a conectar, a divertirse y a disfrutar del placer.
Una idea que parecía el único punto de vista posible para las relaciones íntimas pero que, con el paso del tiempo, ha ido quedando algo obsoleta. No porque deje de llevarse a cabo, porque se sigue haciendo, obviamente, sino más bien porque la sociedad cada vez tiene más claro que el sexo no es solo cosa de dos.
Porque las relaciones íntimas también pueden ser cosa de una sola persona. De hecho, es algo que forma parte del ser humano desde antes de llegar a su etapa adulta. Algo instintivo, un afán por descubrirse a uno mismo y conocer mejor nuestro cuerpo. Algo, también, a lo que ayudan algunos negocios especializados en lo erótico e íntimo.
Y es extremadamente positivo que esté dándose este cambio. En primer lugar, porque los tabúes ya se van derribando y permiten hablar de algo natural con mayor naturalidad. En segundo lugar, porque ayuda también a eliminar ciertas ideas preconcebidas sobre el sexo que, lejos de llevar al disfrute en pareja o en solitario, llevaban a las tensiones y las incomodidades.
Cabe destacar en esto la figura del Sex shop, porque su auge no ha hecho más que alimentar también esa curiosidad por el erotismo y la sexualidad. Estas tiendas, más ahora que se encuentran disponibles también en internet, permiten a hombres y mujeres descubrir enormes catálogos repletos de toda clase de juguetes.
Y sí, por supuesto que tienen juguetes para disfrutar en pareja, pero también tienen muchas propuestas pensadas para disfrutar en solitario. Algo que alimenta esta curiosidad sexual, que permite aprender, descubrir mejor qué nos gusta y qué no, darnos cuenta de que, realmente, lo íntimo es natural, y no hay de qué avergonzarse.
La evolución de la sexualidad
Hasta ahora hemos hablado de lo positivo que es esta otra parte de la sexualidad, esa que mira al individuo en solitario. Es algo que siempre ha tenido cierto estigma, sobre todo por las creencias populares, pero que realmente forma parte de la intimidad, y de una que resulta incluso interesante de estudiar.
Porque, tenemos que insistir, el sexo es positivo. Se ha demostrado por activa y por pasiva que es bueno no solo para el organismo a nivel físico, sino también para la mente a nivel psíquico. Liberación de endorfinas, reactivación de ciertas partes del cuerpo y, sobre todo, cambios de humor en dirección a algo más positivo. Ahí entra en juego tiendas como EasyToys.es.
Es bienestar tanto en pareja, que ayuda además a reforzar los lazos, como en solitario, que ayuda a sentirse mejor con uno o una misma y afrontar el día a día de otra forma. Lejos quedó la idea de interpretar el sexo en solitario como algo de lo que avergonzarse. De hecho, cada vez se trata con más orgullo y naturalidad.
Ni de uno, ni de dos
También cabe decir que, desde hace unos años, el concepto de poliamor ha ido creciendo y expandiéndose paulatinamente, y eso ha llevado a que se construyan relaciones de más de dos e incluso de más de tres personas. Y sí, esto también influye en todo lo relacionado con las relaciones íntimas, obviamente.
Realmente, en este campo habría que tratar lo que se conocen como parejas abiertas, los intercambios o ese poliamor del que hablábamos antes. Son conceptos diferentes, aunque todos ellos ligados a una idea que va más allá de tener a una sola persona al lado, de tener a una media naranja.
Porque quizá ese último concepto venga de la idealización y romanticismo tradicional del amor, o quizá porque, simplemente, todas estas opciones amorosas son alternativas que algunas personas buscan por curiosidad, o por el mero hecho de seguir probando con experiencias distintas.
Sea como fuere, el concepto del sexo en pareja ha ido mutando muchísimo a medida que se han ido derribando muros de tabúes. En solitario, con más personas, sea como sea, y siempre desde el respeto, muchos y muchas están descubriendo que las relaciones íntimas son mucho más de lo que pensaban, y que existen muchas formas de disfrutar del placer, sobre todo por cuenta propia.
Quién sabe cómo evolucionará todo este terreno de la sexualidad, aunque la situación actual está demostrando que es más flexible que nunca y que, sobre todo, cada vez hay más comprensión y naturalidad en ello. Los sonrojos siguen estando a la orden del día, pero poco a poco se está consiguiendo que la palabra sexo no ruborice a todos los que estén cerca cuando suena. Porque, en el fondo y en realidad, nunca debió haber sido así.
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