El Caballero Cubierto Tomás Sáez abrió esta procesión única en el mundo por sus singulares atributos
La Semana Santa de Orihuela vive en Sábado Santo una de sus procesiones con más solera y singularidad con el Santo Entierro, en la que se puede contemplar una talla única en el mundo como es La Diablesa (El triunfo de la Cruz) que, un año más, cumplió la tradición de quedarse a las puertas del templo sagrado al tener prohibida la entrada por tener representada la figura del diablo (con atributos femeninos).
El punto de partida fue la Parroquia de las Santas Justa y Rufina donde se inició la procesión encabezada por el Caballero Cubierto, cargo que este año ostentó Tomás Sáez, quien revivió esta tradición antiquísima de la Semana Santa oriolana portando el pendón negro y la chistera, elemento del que no se descubrió en ningún momento, tampoco al entrar a la Catedral como manda la tradición.
Cientos de hombres alumbrantes siguen el paso del Caballero Cubierto y acompañan a las tallas de San Juan Evangelista -de autor desconocido- La Diablesa de Fray Nicolás de Bussy y cierra la procesión el Cristo Yacente, obra de Séiquier Zanón.
Unas horas antes, el Caballero Cubierto realizó el acto de recepción en el claustro del Colegio Santo Domingo donde se reunieron antiguos nombramientos, la Corporación del Ayuntamiento de Orihuela, quien designa este cargo, y multitud de gente que quiso arropar a Tomás Sáez en un momento tan único y especial.
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