Se trata de la donación en asistolia y, con esta iniciativa, se puede llegar a duplicar la tasa actual de donaciones por año de cinco a diez donantes
La unidad de Donación y Trasplante del Hospital Vega Baja de Orihuela ha implantado el procedimiento de donación de órganos en asistolia, que permite la donación después de una parada cardiocirculatoria irreversible en la que el paciente fallece, lo que diferencia esta iniciativa de la donación tras la muerte cerebral. Ésta se realiza después de que un equipo médico haya agotado todas las posibilidades de reanimación cardiopulmonar tras una parada cardiaca, y después de comprobar la muerte del individuo.
«La incorporación de esta nueva iniciativa en el departamento forma parte de los objetivos de progreso y adecuación de las prestaciones sanitarias que ofrecemos a una nueva demanda sanitaria creciente, que es la donación de órganos», ha destacado el gerente del área durante la presentación del proyecto, Emilio Bascuñana.
No obstante, este tipo de donación se practica siempre que el paciente «no presente contraindicaciones, y sus allegados autoricen la donación y el juez autorice, si procede, al igual que en la donación en muerte cerebral», ha dicho el doctor y coordinador de trasplantes del Hospital Vega Baja, Javier Martínez.
En este sentido, ha indicado que con esta nueva iniciativa y partiendo de los resultados obtenidos en otros hospitales que atienden a poblaciones similares, se podría alcanzar una tasa de donación por año «de cinco e incluso diez donantes, duplicando así las donaciones actuales».
«Aunque es cierto que somos el primer país del mundo en donación de órganos por millón de población, hay que tener también presente que la oferta de órganos actual no llega a satisfacer la demanda que siempre existirá», ha asegurado el coordinador.
Afortunadamente, se han reducido drásticamente los accidentes de tráfico y laborales y, como consecuencia, ha bajado también el número de donantes de este origen.
Ante una demanda inagotable y una oferta que no puede mejorar más, la donación entre vivos (donación de riñón y segmentos hepáticos) y la donación en asistolia, son las únicas posibilidades que existen para satisfacer esta demanda social.
En concreto, este tipo de donación es posible gracias a la reciente incorporación de cardiocompresores en las ambulancias SAMU del departamento de salud de Orihuela. Se trata de un dispositivo mecánico de masaje cardiaco, perfeccionado en los últimos años, y cuya principal ventaja es que distribuye la presión de forma mucho más homogénea y previsible sobre la región precordial.
Asimismo, esta técnica optimiza al máximo los resultados del masaje cardiaco, elemento esencial de cualquier reanimación cardiopulmonar. Sin embargo, estos dispositivos mantienen su eficacia durante desplazamientos horizontales o en la ambulancia, algo que no se puede garantizar, por ejemplo, cuando se da masaje cardiaco después de una reanimación, al bajar por la escalera con el paciente reanimado en una camilla.
«Hay que tener en cuenta que, gracias a este dispositivo, el personal sanitario que atiende a un paciente en parada cardiaca es liberado de la actividad de masaje cardiaco/ventilación, y puede centrarse en otras actividades necesarias durante la reanimación, facilitando y mejorando sus resultados», ha concluido Martínez.
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