El acceso al centro debe estar justificado, se marca la distancia de seguridad en las salas de espera y mostradores y no se permiten aglomeraciones ni acompañantes salvo en los partos, menores, personas con diversidad funcional y personas vulnerables
El Hospital Universitario de Torrevieja se ha blindado, en la medida de lo posible, frente al COVID19. Ribera Salud, grupo al que pertenece el centro hospitalario, ha implantado desde hoy medidas extraordinarias para el acceso a todos sus centros y para la movilidad interna, incluido uso de ascensores y servicios, con el fin de garantizar el máximo nivel de seguridad a profesionales y pacientes.
Así, en la entrada del hospital se tomará la temperatura de forma generalizada a todos aquellos que accedan al centro para garantizar que es menor de 37.5º. También se controlará la higiene de manos, con el obligado uso de gel hidroalcohólico y se repartirán mascarillas a quienes no lleven una puesta, puesto que su uso es obligatorio en el interior de los centros sanitarios.
Además, la visita a los hospitales deberá estar debidamente justificada y no se permiten aglomeraciones en ningún espacio ni tampoco acompañantes, salvo en el caso de las mujeres que van a dar a luz, los menores, personas con diversidad funcional y otros casos excepcionales como personas vulnerables. Es obligatorio respetar en todo momento la distancia de seguridad interpersonal de 1,5 metros, tanto en las salas de espera como en los mostradores o las consultas. En la mayoría de estos espacios se han marcado con vinilos las distancias de seguridad, incluidos los asientos que podrán utilizarse en las salas de espera, para facilitar la separación entre pacientes, y se ha distribuido cartelera para informar sobre las normas de uso de ascensores y aseos.
El objetivo de todas estas medidas es intentar prevenir contagios y garantizar la seguridad de profesionales y pacientes durante la fase de desescalada del confinamiento y la progresiva vuelta a la normalidad de la actividad asistencial.
En el caso de los profesionales, Ribera Salud ha extendido el uso de pijamas y batas también al personal no sanitario, incluidos los servicios externalizados, y ha reforzado el circuito de lencería para garantizar el cambio y limpieza diaria de estos uniformes con las máximas garantías, por servicios especializados, nunca en el domicilio.
Además, ayer comenzó la realización de test masivos a todos los profesionales sanitarios y también al personal de los servicios externalizados (limpieza, seguridad, cocina y mantenimiento, entre otros). Se realizarán más de 7.000 pruebas diagnósticas. Se trata de test serológicos de detección de anticuerpos frente a SARS-CoV-2, popularmente conocidos como “test rápidos” y es una de las medidas acordadas por Ribera Salud, en todos sus centros, como mecanismo de control y conocimiento de la prevalencia de esta enfermedad. Desde este grupo sanitario se apela a la responsabilidad de todos para prevenir nuevos contagios. “En el momento en el que nos encontramos es fundamental adoptar medidas extraordinarias y que todos cumplamos con ellas, para seguir como hasta ahora, evitando contagios en nuestros centros”. No en vano, los hospitales de Ribera Salud figuran entre los centros sanitarios con un menor número de profesionales infectados durante esta crisis sanitaria mundial.
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