Rafael Almagro Palacios
Portavoz del Grupo Municipal del Partido Popular de Orihuela
Mucha gente se pregunta por qué desde hace más de un mes ha desaparecido Podemos (Cambiemos) del mapa político de Orihuela.
Una cosa es que hayan permitido la sustitución (que diría Margarita Robles) en la alcaldía de Orihuela, y quedándose fuera por prescripción médica de los facultativos de Ciudadanos, que son los que mandan en esta suerte de hospital.
Es probable que dentro del pacto secreto de Ciudadanos con PSPV-PSOE y, a su vez, en el más secreto todavía de PSPV-PSOE con Podemos (Cambiemos) exista una cláusula de guardar silencio y no molestar.
Desde luego, puede ser, pero vivimos en unos tiempos tan materialistas que la gente ya no se cree casi nada y menos que se haga cualquier cosa tan solo por amor al arte. Siempre se piensa que quien hace algo en política, sobre todo si facilita que alguien consiga cosas, es porque hay gato encerrado.
Desde luego, la transparencia y la honestidad han brillado por su ausencia en las negociaciones para conseguir la moción de censura, y eso es algo bastante obvio.
Seguimos sin saber nada de los acuerdos y sospechamos que no los harán públicos.
Baste decir, como ejemplo, que tanto Ciudadanos como PSPV-PSOE van buscando pedáneos para la misma pedanía, y en el caso de Podemos (Cambiemos), nos encontramos con que en la negociación entre los grupos «pasaron olímpicamente» de CLARO, la formación por la que obtuvieron un concejal los podemitas Cambiantes. Ya se sabe, esta gente es la que quiere transparencia e información pero en la casa de los demás, no en la suya. Contar con ellos tal vez hubiese puesto en riesgo la operación y eso no se podía permitir, de ninguna de las maneras.
Por desgracia, es más frecuente en política de lo que debería esa postura que Groucho Marx supo expresar con su gran genialidad: «no se preocupen, si no les gustan mis principios tengo otros».
Tampoco se sabe nada de aquellas cuestiones hasta ahora irrenunciables para los podemitas oriolanos, a saber: la anulación de la licencia para Alameda del Mar (Cala Mosca), el apoyo al Plan de Acción Territorial y, por supuesto la tercera joya de la corona, la revisión de oficio y anulación de los contratos del ayuntamiento con HIDRAQUA.
Bueno, esto es algo con lo que hemos convivido a diario durante el gobierno anterior, incluso defendiéndonos de alguna de ellas en el juzgado.
Ahora, aunque no forman parte directa del gobierno, no pueden evitar pertenecer a ese grupo de «catorce suman más que once».
Así pues, estando convencidos de que Podemos le debe muchas explicaciones a sus votantes y a toda la ciudadanía en general y en aras a conseguir una aclaración de su postura vamos a invitarles a llevar a Pleno esos asuntos como Propuestas de obligado cumplimiento y demostrar que realmente son cuestiones irrenunciables y que realmente son catorce contra once.
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