La casa, legado de Larramendi, se conserva con la misma planta y mantiene los elementos constructivos originales casi 190 años después
El Ayuntamiento de Almoradí, por interés de la alcaldesa, María Gómez y el concejal de Patrimonio, José Antonio Latorre, ha adquirido la que puede ser considerada primera vivienda social de España, además de único vestigio en pie tras el terremoto de 1829 del ingeniero José Agustín de Larramendi. El Consistorio ha firmado la compra de una vivienda en la calle La Reina que, tras el devastador terremoto que acabó con parte de la comarca siendo el municipio más afectado Almoradí, fue construida y entregada en 1832 a una familia de damnificados que había quedado sin recursos.
En la localidad fueron construidas un total de 124 casas de este tipo, y entregadas en 1832, de ellas tan solo queda en pie la que el Ayuntamiento acaba de adquirir, como recuerdo en el 190 aniversario del terremoto que se cumplirá el próximo 21 de marzo, en esta señalada fecha la localidad perdió además de unas 200 vidas, innumerables viviendas, iglesias y cuatro puentes.
Casi dos siglos después, esta humilde casa mantiene sus muros firmes, finalidad con la que se construyó por el primer ingeniero de caminos español, como detalla el edil de Patrimonio, quien ha explicado que de las 124 casas “construidas y repartidas por suerte a las viudas y propietarios pobres” por el Obispo Félix Herrero en 1832, sorprendentemente, aún se conserva casi sin alterar, en el número 33 de la calle La Reina, una de aquellas casas, “que guarda en esencia el sistema y materiales constructivos de entonces” ha señalado José Antonio Latorre.
Sobre una superficie aproximada de 140 m2 se construyó una vivienda de 90 m2, estando el resto destinado a corral y cuadra. A ella se accede por un portón doble desde la calle y está distribuida en dos habitaciones en la fachada, cocina-estar y una pequeña dependencia junto a la cocina. Su pavimento era de tierra apisonada. En la cocina encontramos un fogón bajo la gran chimenea y la leja de la campana, con espacio para enseres y ollas, además de un tinajero. El corral consta de una pequeña cuadra o establo, cuyo único acceso de entrada o salida es la puerta principal, de ahí el motivo que sean de doble hoja, facilitando el trasiego de animales.
La alcaldesa ha explicado que hasta ese momento la Corona española no había sufragado ninguna empresa relacionada con la construcción de viviendas sociales, por lo que “es de un valor histórico incalculable, ya que hasta la Real Orden de 1853 no se tiene constancia de que el Estado financiara viviendas sociales», asegura María Gómez.
Esta casa de la calle Reina es la prueba existente, detalla Latorre, de que la comarca era un territorio meramente agrícola, ya que todas las viviendas tenían un patio trasero con espacios para corrales y las puertas de entrada tenían doble hoja para permitir la entrada de animales. El diseño del nuevo municipio se hizo a partir de la Acequia Mayor que es el punto de partida.
El Ayuntamiento de Almoradí ha decidido así la compra de esta casa por la que ha pagado 46.000 euros a sus propietarios, José Andrés e Isabel Herrero, dos hermanos herederos de la vivienda.
El inmueble se encuentra como fue construido y entregado a sus damnificados en 1932, con el suelo de tierra original, los techos con cañizo y entrevigado de madera de pino, así como las puertas de las habitaciones. El resto que está en ruina tendrá que ser rehabilitado, siendo el objetivo, tal y como ha anunciado la alcaldesa, convertirlo en un museo de recuerdo del terremoto de 1829, que es la pretensión del Consistorio con esta compra, “ya que no existe en toda la Vega Baja ningún elemento que recuerde tan importante hecho histórico” ha añadido el concejal de Patrimonio.
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