Dos despedidas a las que nadie falta

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El ‘baile’ de Nuestro Padre Jesús y el ‘caracol’ de Los Armaos  ponen el broche de oro al Viernes Santo

Miles de personas se dieron cita en los aledaños del Ayuntamiento oriolano para despedir a Nuestro Padre Jesús al término de la procesión general de Viernes Santo. Este representa uno de los actos de fe más bonitos y emotivos de la Semana Santa oriolana porque el patrón se despide de su pueblo entre vivas y aplausos en su regreso a su sede en el Convento de Santa Ana.

La imagen del ‘Abuelo’ fue escoltada hasta la puerta de la Casa Consistorial por la Centuria Romana al son de la’ Anunciación de la Jota’. Una vez bajo el balcón consistorial los costaleros hacen bailar al patrón en un giro de 360 grados con el fin de que pueda ver a su pueblo y lo elevan al cielo al ritmo de la Marcha Real. Un momento emocionante tras el cual Nuestro Padre Jesús emprende su marcha hasta Santa Ana, su refugio hasta el primer viernes de Cuaresma del año que viene cuando se trasladará a la parroquia de las Santas Justa y Rufina para celebrar su novena y el habitual besapié.

El broche de oro a la noche del Viernes Santo lo puso el ‘caracol’ que realizó la Centuria Romana en la Plaza Marqués de Rafal antes de retirarse a su sede. Fueron cientos de personas las que no quisieron perderse el espectáculo visual y musical de Los Armaos que, este año, vino precedido por un gran castillo pirotécnico que iluminó un cartel en el que podía leerse ‘125 años Armaos’. La Centuria Romana quiso celebrar así el memorable año del 125 aniversario de su fundación.

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