¿Se acuerdan de las críticas del PP cuando este gobierno decidió no endeudarse más porque podía no hacerlo en el tercer plan de pago a proveedores y cuando decían que habíamos renunciado a cobrar más de tres millones que le debe el Consell a este Ayuntamiento?
Pues bien, era septiembre, han pasado siete meses y el gobierno del señor Fabra sigue debiéndoles 1.000 millones de euros a los ayuntamientos de toda la Comunidad Valenciana y, obviamente, esos tres millones más sus intereses a Orihuela. No es que el Consell no le ha pagado a Orihuela, es que no le ha pagado a nadie.
Y lo peor ni siquiera es que no nos haya pagado, es que no lo hará. El Fondo de Liquidez Autonómica, el llamado FLA, se ha agotado sin que los ayuntamientos hayamos cobrado el dinero que el Consell nos debe, que les debe a todos ustedes.
La realidad es que a esos más de tres millones, la mayoría de Bienestar Social, se suman los casi seis del Palacio de Justicia, los tres del Plan Confianza, la construcción del colegio de la costa que anunció Fabra para 2014 y sigue sin licitarse, la conclusión de las obras del IES de la misma costa, a la ampliación del IES Thader… Y así sucesivamente.
Mientras nosotros seguimos pagando la deuda de más de 60 millones de euros que tenía este ayuntamiento cuando llegamos, saneando las cuentas municipales, intentando pagar en tiempo y forma a los proveedores y resolviendo pufo tras pufo de anteriores legislaturas conforme van apareciendo, esta semana también hemos conocido que el vicepresidente del Consell que no nos paga, y a la sazón presidente del PP de Alicante, José Císcar, ha dado instrucciones a las agrupaciones locales de su partido sobre cómo manejar los fondos electorales para controlar los gastos de su partido de acuerdo con la ley. Ahora, en 2014. ¡Por fin!
Y lo ha hecho porque dentro de las investigaciones del caso Gürtel, la Agencia Tributaria ha aportado información sobre la financiación de actos electorales en las campañas de las elecciones municipales y autonómicas de 2007 y en las generales de 2008 en, entre otras localidades, Orihuela.
Si, hasta Orihuela también extendieron sus tentáculos El Bigotes y compañía para, con trampas y a lo loco, coadyuvar a unos resultados electorales fraudulentos, conseguidos mediante esa supuesta financiación ilegal.
¿O con qué dinero creen ustedes que un partido que dice tener 7.000 militantes que no pagaban cuota alguna ha conseguido mantener en el tiempo tal despliegue de medios como demostraba en sus campañas? En un terreno de juego neutral y sin el árbitro comprado, la realidad política de Orihuela y de otros muchos municipios de esta comarca y de la Comunidad Valenciana habría sido otra.
Y a la vista de cómo están las cosas, es seguro que mejor para ustedes, los ciudadanos. Es seguro que les habrían, que nos habrían, saqueado menos los bolsillos, que ahora el Ayuntamiento no estaría tan acuciado por las deudas y que todos podríamos disfrutar de mayores y mejores servicios. Porque si algo es evidente que acaba transmitiendo cual virus la corrupción a la sociedad es miseria y paro.
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