El alcalde pide al promotor de esta manzana situada frente a la curva del palangre que cumpla con las normas urbanísticas
El alcalde José Manuel Dolón ha iniciado los trámites para que se pueda abrir el tramo de la calle de la Sal que permanece cerrado al tráfico rodado y al paso de los peatones debido al cierre que hizo de este espacio el promotor de la parcela que hay frente a esta calle, hace 23 años, donde estaba previsto levantar varias torres de edificios frente al mar, mirando hacia la curva del Palangre.
Dolón ha dicho que ha pedido que se arbitren los mecanismos «para que se urbanice el tramo de la calle de La Sal comprendido entre las calles Ramón Gallud y Pedro Lorca y para que se elimine la valla que actualmente impide el paso de peatones y vehículos».
El terreno vallado está afectado por la modificación 52 del PGOU, aprobado en diciembre del 1992, es decir, cuenta con libertad para poder construir hasta cuatro alturas a lo que hay que añadir que también le repercute la modificación 76, que hace referencia al uso hotelero, lo que implica que «se pueden hacer torres frente al mar en manzanas privilegiadas, donde se hace a determinados amiguetes un traje a medida, para que puedan especular con el suelo lo máximo posible y obtengan el mayor beneficio». En esta ocasión, además, se olvidaron de exigir obras mínimas que ahora tienen que pagar los contribuyentes, como siempre».
El alcalde ha señalado que, de momento, ha pedido la apertura de la calle de La Sal pero el promotor tiene que hacer la delimitación de la manzana y abrir no solo la calle de La Sal sino también la calle Ramón Gallud. El proyecto cuenta en total con seis manzanas y en su interior también tendrán que realizar nuevos viales.
Dolón ha dicho que solicitar esta primera apertura no es una «petición del otro mundo, ya que es una obligación del urbanizador «que se la tenían que haber exigido en su día» y ha asegurado que «igual no se le exigió porque quedaron muy satisfechos con la operación».
Al respecto, ha aclarado que no va a respetar ningún acuerdo político y ha matizado «ningún acuerdo que no esté por escrito o que no conste en papel. Por mucho que fuera beneficioso para alguien, no es un acuerdo» y ha expresado que en su concepción de la política «es una indecencia que después de una operación con beneficios millonarios ahora esto lo tengan que pagar los contribuyentes».
El alcalde ha rechazado frontalmente esta posibilidad y ha dicho que quiere arreglar esta situación «a buenas» y que lo que está pidiendo es únicamente “el cumplimiento de las normas urbanísticas».
Sobre este punto ha añadido que prefiere «convencer a imponer» y ha hecho un recorrido por los incumplimientos que este solar está haciendo de la normativa municipal.
Al respecto ha señalado que el solar «está vallado con una valla de quita y pon, como si se fuera a iniciar una obra en breve, cuando la realidad es que esa valla se puso hace 23 años, por lo que tendría que estar vallado con valla de obra”. Además, en un punto del cerramiento la valla se ha caído, por lo que ha quedado al descubierto el solar que no cumple con las mínimas condiciones de higiene. Tienen que limpiarlo y desratizarlo cada tres meses».
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