El detenido llegó a recoger 500 toneladas de mandarina, a través de un contrato que nunca liquidó con los agricultores
La Guardia Civil de Alicante ha detenido a un hombre español, de 45 años, como presunto autor de tres delitos de estafa, cometido en las localidades alicantinas de San Miguel de Salinas y San Bartolomé y en la localidad de Abanilla (Murcia), por un valor aproximado de 400.000 euros.
Agentes del Equipo ROCA de la Guardia Civil han llevado a cabo una investigación, iniciada el pasado mes de marzo, con motivo de la denuncia de varios agricultores de la Vega Baja, por unas presuntas estafas cometidas durante las campañas de recogida de cítricos.
Durante esas campañas, unos representantes de una empresa distribuidora de cítricos, ubicada en Castellón, habían estado recorriendo las explotaciones agrícolas de la zona, negociando con varios agricultores y ofreciendo suculentas ofertas económicas por la adquisición de la producción.
Los representantes hicieron varios contratos de compraventa de la recolección de cítricos, en los que la empresa castellonense se hacía cargo de la contratación del personal para la recolecta, y así lo llevaron a cabo, contratando una empresa de trabajo temporal para realizar el trabajo.
Sin embargo, los agricultores se percataron de que, a pesar de realizar la recolecta en tiempo record, quedaban muchos frutos en los árboles, y una vez se iban los trabajadores, no volvían a saber nada de los representantes de la empresa, y tampoco del pago de la explotación.
Tras diversas indagaciones, los agentes comprobaron que aproximadamente, habían estafado con el mismo modus operandi a varios agricultores de la Vega Baja y Murcia, ascendiendo el peso de las mandarinas recolectadas por este procedimiento, a más de 500 toneladas.
A través del seguimiento de varios rastros dejados por los citados representantes, la Guardia Civil llegó hasta una empresa ubicada en Castellón, la cuál había sido declarada en quiebra, y estaba siendo utilizada por estos individuos para realizar las estafas.
Con ella realizaban los contratos de compraventa para la recolección de los cítricos, para después derivar el producto recolectado a otra empresa ubicada en Burdeos (Francia), desde donde operaban sin decláralo a España.
La operación sigue abierta y en las próximas fechas podría ampliarse el número de implicados.
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