La Guardia Civil arresta al atracador y a su pareja sentimental que se hicieron con un botín de 350.000 euros
La Guardia Civil ha detenido a una pareja, un hombre de 58 años y una mujer de 48 años, respectivamente, como presuntos autores de siete delitos de robo con violencia e intimidación en sucursales bancarias de Alicante y Murcia en la que se estima se habrían hecho con un botín de 350.00 euros. También se les acusa de un delito de tenencia ilícita de armas.
La pareja ha sido arrestada en Hondón de los Frailes. En el momento de su detención llevaban encima 50.000 euros que habían robado tan solo 48 horas antes en la pedanía oriolana de La Murada, donde consiguieron un botón de casi 80.000 euros. En la Vega Baja también realizaron un golpe en una entidad bancaria de Granja de Rocamora y en el Raiguero de Bonanza (Orihuela).
El Siscar y El Raal, en Murcia, y Monforte del Cid y Sax las otras localidades donde los detenidos cometieron sus robos.
El detenido regentaba una frutería en Hondón de los Frailes y durante cuatro años ha conseguido ocultar su rastro pese a que atracaba las sucursales a cara descubierta. Esto era lo que tenía en vilo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Modus operandi
Su modus operandi era siempre el mismo, entraba en la sucursal y entablaba conversación con algún empleado. Durante un momento de la conversación sacaba el arma, con tranquilidad, y amenazaba al empleado apuntándole y exigiendo el dinero. Hasta en tres ocasiones había llegado a maniatar a los empleados del banco con bridas de plástico, para sentirse más seguro.
Una vez con el dinero en su poder, emprendía la huida con la misma discreción con la que había entrado, sin despertar las sospechas del resto de ciudadanos. Además de tener antecedentes -había pasado largos periodos de tiempo en prisión, lo que podría haberle dado esa templanza fruto de experiencias anteriores- se sabe que su padre también se dedicó al mismo oficio y llego a estar encarcelado en numerosas ocasiones por hechos similares.
‘Superhéroe’
Según ha revelado la investigación de la Guardia Civil, se desplazaba durante días a la localidad de la sucursal elegida, y realizaba un minucioso estudio para dar el golpe. Vías de escape, tiempos de reacción de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, fechas y horarios de reparto de los camiones blindados, costumbres de los empleados, medidas de seguridad, y un largo etcétera de detalles que luego le servían para cometer robos limpios y seguros, y así dificultar lo más posible la investigación policial.
Las oficinas elegidas estaban situadas en poblaciones pequeñas o pedanías, pero con múltiples accesos, para facilitar la huida, y eran sucursales con poco trasiego de clientes, para tener mayor seguridad durante el golpe.
Aunque actuaba a cara descubierta, ha sido muy difícil encontrarle, a pesar de haber solicitado colaboración de los ciudadanos por redes sociales, y de que su fotografía llegó a hacerse viral.
Al parecer el detenido usaba gafas, con una importante graduación y gran tamaño, en su vida diaria y, del mismo modo que el superhéroe de cómic, cuando se las quitaba para cometer los golpes, cambiando radicalmente de aspecto: parecía otra persona totalmente distinta.
Tras la detención, el hombre de 58 años y la mujer, de 48, ambos de origen español, han sido puestos a disposición judicial, ingresando él en prisión preventiva sin fianza, y ella en libertad provisional con cargos.
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