La pareja, de 37 y 45 años, reside en la localidad murciana de Blanca pero tenía su base en Cox, donde llevaban a cabo las estafas de limones y naranjas
La Guardia Civil ha detenido en Cox a dos personas por ser las presuntas autoras de un delito continuado de estafa, en la compraventa de 42.000 kg de limón, de la categoría verna, por importe de 11.000 euros y de 32.250 kg de naranjas, de la categoría navel powell, por importe de 6.020 euros.
La investigación comenzó cuando dos personas acudieron a las dependencias de la Guardia Civil de Callosa de Segura y a las de Jacarilla para presentar sendas denuncias; una por un presunto delito de estafa en la compraventa de 42.000 kgs de limón, de la categoría verna, por un importe de unos 11.000 euros y la otra, también por otra presunta estafa, esta vez en la compra de 32.250 kgs de naranjas, de la categoría navel powell, por importe de 6.020 Euros.
El equipo encargado de la investigación de los robos en el campo (ROCA) de la Compañía de la Guardia Civil de Torrevieja se hizo cargo de las gestiones de averiguación, por ser el especialista en este tipo de delitos, cometidos en explotaciones agrícolas y ganaderas.
Los presuntos autores contactaban con sus futuras víctimas, informándoles de que eran representantes de una empresa, con domicilio social en Blanca (Murcia). Tras concretar el precio del cítrico y entregarles el correspondiente contrato de compra, convenían con los agricultores el pago total del producto, pago que se realizaría, supuestamente, mediante la entrega de pagarés, una vez finalizado el corte y recogida del mismo.
En algunas ocasiones, dejaban una pequeña cantidad económica, en concepto de fianza y en otros, tras ganarse la confianza de los agricultores, ni siquiera era necesaria esa fianza.
Los investigadores verificaron que, a pesar de que el domicilio social de la citada empresa se encontraba en Blanca, los responsables de la misma ejecutaban las diversas estafas desde una nave industrial, sita en la alicantina localidad de Cox y pudieron comprobar que dicha nave carecía de carteles que la identificasen, a ella o a su actividad, de hecho, más bien parecía una nave cerrada al público, no observando movimiento en ella, ni de personas ni de posibles vehículos, cargando/descargando producto alguno.
Los agentes pudieron constatar que el modus operandi de los investigados siempre seguía un mismo patrón: fingían trabajar para una empresa solvente, a la cual representaban comercialmente, que actúa de manera nominal en el mercado, adquiriendo a los proveedores la mercancía, normalmente perecedera, por ser ésta de fácil y rápida comercialización (frutas, hortalizas, etc), consiguiendo la compra a un precio inferior al real, lo que les permitía obtener dinero en efectivo de inmediato.
Seguidamente, proponían pagarla a plazos, normalmente tras su corte y recogida del campo, para lo cual utilizaban cheques o pagarés, asociados a diferentes cuentas bancarias, pero siempre con la intencionalidad de no atender los futuros pagos, en la fecha de su vencimiento.
Se ha dado el caso de «desaparecer», cortando toda comunicación con la persona estafada e incluso de utilizar la excusa de haber cerrado la empresa.
Por todo ello, los agentes del Equipo ROCA procedieron a la entrada y registro de la citada nave industrial de Cox, dando como resultado la detención de un hombre y una mujer, españoles de 37 y 45 años, por ser los presuntos autores de un delito continuado de estafa.
El matrimonio fue puesto en libertad, quedando en calidad de investigados, a la espera de juicio. (Sí foto, No vídeo)
Investigada por presentar una denuncia falsa
También en Jacarilla, la Guardia Civil ha procedido a la detención, el pasado martes 2 de junio, de una mujer de 58 años, de nacionalidad inglesa, por ser la presunta autora de un delito de estafa, en grado de tentativa y otro de simulación de delito.
La supuesta víctima denunció en dependencias policiales haber sufrido dos cargos en su tarjeta de crédito, de unos 140 euros en total, correspondientes a dos extracciones en efectivo.
Tras realizar diversas gestiones de averiguación, los agentes comprobaron que fue la propia denunciante quien realizó dichas operaciones, en un cajero automático de Vistabella.
La detenida quedó en libertad, en calidad de investigada, a la espera de juicio.
Cabe destacar la gravedad que supone el formalizar una denuncia, a sabiendas de su falsedad simulando, con ello, un delito que, en realidad, no ha tenido lugar.
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