Asaltaban a las víctimas en plena vía publica y tras golpearles o intimidarles, les arrebataban las joyas que portasen
En el marco de la operación ‘TRANDAFIRUL’, la Guardia Civil logra la detención de nueve personas como presuntas autoras de los delitos de robo con violencia e intimidación, y receptación. Generalmente a ancianos y en su mayoría mujeres, los cuales eran asaltados mientras paseaban por vía pública en Torrevieja.
Los hechos se remontan al pasado mes de septiembre cuando la Benemérita detecta una corriente de robos con violencia en la referida localidad, de los que principalmente las víctimas eran personas de avanzada edad, mujeres en la mayoría de los casos y de nacionalidad extranjera.
Ante este hecho y a fin paliar la situación, que había generado cierta alarma social, principalmente entre los mayores la localidad, la Guardia Civil establece un dispositivo que ha permitido la detención de 9 personas de diversas nacionalidades a los que les imputa los delitos arriba reseñados.
Fruto de las intensas investigaciones llevadas a cabo por los agentes de la Guardia Civil, se llegó al conocimiento que dichos robos eran cometidos por distintas personas, al parecer, sin aparente relación entre ellas, la cuales no dudaban en emplear la violencia para obtener su objetivo, principalmente joyas y dinero, que aprovechaban la especial vulnerabilidad de sus víctimas.
Posteriormente los efectos sustraídos fueron vendidos, por lo que varias personas fueron detenidas por delitos de receptación al haber adquirido joyas o terminales telefónicos provenientes de los citados robos.
Tras las intensas investigaciones se ha logrado la recuperación de la mayoría de los efectos sustraídos, lo que ha permitido la devolución de los mismos a sus legítimos propietarios.
Modus Operandi
Los detenidos elegían sus objetivos en la vía pública, siendo en todos los casos personas de más de 60 años, llegando a superar los 80 años de edad y que principalmente se trataban de mujeres o extranjeros.
Una vez seleccionadas las víctimas, les abordaban por sorpresa de manera violenta, en muchos casos por la espalda, dirigiéndose directamente al cuello para sustraerles collares o cadenas mediante un fuerte tirón.
En el caso de que las víctimas opusieran resistencia, no dudaban en golpearlas, zarandearlas y tirarlas al suelo, produciéndoles lesiones de diversa consideración.
La brutalidad de estos delincuentes llegó al punto de quemar a una de las víctimas con un cigarrillo en un brazo, para arrebatarle su bolso.
Tras obtener las joyas u otros efectos de valor, generalmente abandonaban el lugar de los hechos a la carrera, dejando heridas a las víctimas.
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