La operación se ha saldado con la detención de los seis integrantes de la red, cuyo cabecilla, de nacionalidad holandesa, residía en Orihuela Costa
La Guardia Civil y la Agencia Tributaria (AEAT) han desarrollado de forma conjunta la operación ‘BALMAR’, establecida para perseguir el tráfico de drogas, que se ha saldado con la desarticulación de una organización criminal, integrada por seis personas y asentada en Murcia y Alicante, que se dedicaba al cultivo a gran escala de marihuana para su posterior distribución tanto en España como en Holanda
Los agentes localizaron y detuvieron al líder de la trama mientras se encontraba de viaje en la localidad malagueña de Torremolinos, tras un complejo dispositivo de vigilancia. Tras el arresto se realizó un registro en su domicilio, ubicado en Orihuela (Alicante), en el que se incautó una pistola detonadora y efectos relacionados con el tráfico de drogas.
Poco después, en la localidad alicantina de Los Montesinos, los investigadores localizaron y detuvieron al propietario de un groushop, que se encargaba de distribuir marihuana para la organización y al que se le incautó en su poder durante el arresto más de medio kilogramo de cogollos de marihuana.
Durante la mañana del martes, 23 de febrero, el dispositivo conjunto realizó la entrada y el registro en las naves industriales de Balsicas-Torre Pacheco (Murcia), que culminó con la detención del resto de integrantes de la organización criminal y la desarticulación del invernadero clandestino que, en ese momento, se encontraba produciendo 700 plantas de marihuana en distintas fases de crecimiento.
De la investigación se desprende que la marihuana cultivada, no sólo se distribuía a través de los establecimientos públicos relacionados con el cannabis, sino que también se exportaban grandes cantidades de esta sustancia hasta Holanda.
Droga y efectos incautados
Hasta el momento, el desarrollo de la operación ha permitido incautar más de 700 plantas de marihuana y dos kilogramos de cogollos de esta sustancia. Además se han incautado todos los elementos que componían el invernadero clandestino –electricidad, iluminación, calefacción, ventilación, riego y abono–, una pistola detonadora con cargador, un turismo de gama alta, una motocicleta, varias básculas de precisión, teléfonos móviles, ordenadores portátiles, diversos envases utilizados para transportar la marihuana y documentación relacionada con la actividad ilícita desarrollada por la organización criminal desmantelada.
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