La Comparsa Piratas Bucaneros protagonizó una Embajada visual y colorida con el agua y el fuego como elementos principales, recreando la Costa de Orihuela en la Edad Media
Han tenido que esperar dos años pero anoche, por fin, la Comparsa Piratas Bucaneros pudo poner en la calle su Embajada Cristiana con un lucido espectáculo en el que dominaron los elementos de agua y fuego, presentes durante todo el boato.
Los piratas se desenvuelven en el mar, su medio de vida, y a través de los distintos espectáculos y recreaciones lograron sumergir a los espectadores en las aguas de la costa de Orihuela en la Edad Media.
Una Embajada que se dividió en cuatro bloques diferenciados y que abrieron las abanderadas infantil y mayor de este año, Sofía Romero Sabater y María Lozano Ramos.
Tras ellas desfilaron varios espectáculos y las diez filas que conforman la Comparsa Piratas Bucaneros acompañadas por diversas bandas de música interpretando ‘Fiesta en Benidorm’.
Cerró el boato la carroza que portaba al Embajador Cristiano, Guillermo Rodríguez Gea, emulando a un gran barco desde el que capitaneó, acompañado por su mujer, hijos y nietos, la Embajada. El Embajador estuvo escoltado por sus compañeros de la fila ‘Ojo cucao’.
Antes de la salida de la Embajada Cristiana abrió el desfile la Armengola, Elisa Gil Moreno, quien desfiló exultante y emocionada durante todo el recorrido.
La heroína oriolana estuvo escoltada por familiares y amigos, entre ellos el exalcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, el concejal popular, Rafael Almagro, o su Pedro Armengol.
La Armengola portó en su bastón un crespón negro en recuerdo a su suegro, recientemente fallecido, así como a su amiga Encarna Cartagena, Armengola 2005, y a todos los fallecidos durante la pandemia.
Tras la Embajada Cristiana desfilaron en orden las comparsas Caballeros de Santiago, Seguidores de Arun y Ruidoms, Contrabandistas, Caballeros del Rey Fernando, y Caballeros Templarios.
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