Desde el andén izquierdo, al Sr. Guillén y a la Sra. Moreno.

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 Antonio sanchón Redondo y Joaquín Rodríguez Espinosa
‘Plataforma Salvemos Los Andenes’

Durante 25 años consecutivos tuvimos en el ayuntamiento de Orihuela un gobierno de derechas elegido por las urnas –Alianza Popular y Partido Popular-. En las elecciones municipales del 2011 formaron gobierno (tras perder el PP la mayoría absoluta) el PSOE, CLR-Claro y Los Verdes. Un sentimiento de ilusión y esperanza brotó entre progresistas, conservadores e, incluso,  incrédulos de la política oriolana, hartos de las corruptelas y del amiguismo, de las persistentes muestras de mediocridad y del descaro con el que en política se miente a la gente. Muchos habitantes de este municipio quisieron ver en el nuevo equipo y en el talante del nuevo alcalde una oportunidad para el diálogo y el consenso, una oportunidad histórica para un acercamiento real de la política a los ciudadanos. Pero, visto lo visto, parece que esto no ha sido más que un espejismo.

A fecha de hoy queda un bipartito formado por los seis concejales del PSOE y los tres ediles de Los Verdes, manteniéndose al frente de la alcaldía bicéfala el Sr. Guillén, y como primera teniente de alcalde la Sra. Moreno.

Este preámbulo ha de servir para contextualizar la obra de marras que se le ha ocurrido a la concejala de Planificación e Infraestructuras, respaldada por el propio alcalde: la peatonalización de la Avda. Teodomiro en su casi medio kilómetro de largo. Una obra, como todo el mundo sabe, demandada por la ciudadanía con urgencia y prioridad antes de que lleguen las próximas lluvias, para que no haya  charcos ni goteras.

Poniéndonos serios, después de más de cinco años de durísima crisis económica y sin saber cuándo llegará el final de la misma, nos encontramos con una tasa de paro de casi un 30% -en los jóvenes de un 60%-, universitarios emigrando, científicos haciendo las maletas para cruzar Los Pirineos, recortes en sanidad, en educación, en servicios sociales, personas a las que no llegan las ayudas de la ley de dependencia. No hay fondos para centros de salud ni para quitar los barracones de colegios e institutos donde van nuestros hijos e hijas, hay barrios en la ciudad y pedanías con muchas carencias o en un estado penoso, oriolanos con graves problemas económicos, buscándose el sustento en los contenedores de basura -sí, también aquí en Orihuela, tu pueblo y el mío-… No sigamos enumerando desgracias porque podríamos caer en la desesperación. Con todo este desolador panorama, desde el ayuntamiento, el Sr. Guillén y la Sra. Moreno, proponen hacer una obra de cirugía y estética en la Avenida de Teodomiro. Quince tahúllas aproximadamente de  peatonalización, dedicadas al ocio y disfrute de los  oriolanos y oriolanas, pero sin contar con ellos. ¿De verdad han pensado nuestros dirigentes en las necesidades, prioridades y progreso del pueblo? Suponemos que la finalidad de este proyecto no es otra que convertir «Los Andenes» en una de las grandes avenidas de España y, por supuesto, que aparezca en los catálogos de urbanismo contemporáneo.

Sentados a la sombra, observando «Los Andenes», preguntamos a socialistas y verdes, a verdes y socialistas, con marchamo de denominación de origen progresista, cercanos al obrero, al trabajador que lleva en paro desde hace cinco años, si no se sonrojan ni sienten vergüenza de esta perversa iniciativa que nos va a costar:  ¿Uno, dos, tres, cuatro… millones de euros? ¿Sabemos realmente cuál va a ser el presupuesto inicial de esta operación de cirugía estética? ¿A cuánto ascenderá el coste total cuando finalicen las obras? Hay precedentes cercanos, recordemos la última reforma de La Glorieta. Ya sabemos que no estaban ustedes gobernando, eran los otros, los del andén derecho, pero políticos en definitiva.

¿No tiene la ciudadanía de Orihuela necesidades más acuciantes y de extrema urgencia que precisan de inversiones públicas? Hace falta invertir en proyectos para personas que carecen de recursos económicos y se encuentran en una situación de  absoluta precariedad. La gran ciudad de Orihuela tiene que seguir recurriendo, en un estado laico y aconfesional, a la caridad de la iglesia católica y demás ONGs; y dando gracias, porque si dependiera de la clase gobernante y política de este país los necesitados se morirían de hambre.

Señora Moreno y señor Guillén, o ustedes viven fuera de la realidad, concentrados en ese juego perverso de intrigas y poses de políticos locales, o les importan un comino los ciudadanos a quienes representan.

Con solo llevar las siglas de un partido o la chapita en la solapa no se dan lecciones de progresismo, de socialismo y obrerismo, hay que demostrarlo con acciones, hechos y partidas presupuestarias destinadas a no dejar abandonadas a su suerte a personas que están pagando los errores de la clase política. Si realmente están gobernando desde la izquierda y de verdad les preocupa la ciudadanía, promuevan ustedes entre los habitantes del municipio de Orihuela un concurso de ideas para invertir esos millones de euros y verán qué pronto se les queda corto y cuánto rédito obtienen.

Para finalizar, señor Guillén y señora Moreno, tienen una magnífica oportunidad para demostrar que son diferentes a quienes les precedieron: retiren el proyecto de peatonalización de la Avda. Teodomiro y dediquen sus esfuerzos a mejorar la calidad de vida (la real, la próxima, la cotidiana) de sus conciudadanos, estos sí que no pueden esperar. Por dignidad propia dejen los proyectos faraónicos y sus fuegos de artificio a quienes caminan por el andén derecho. Que los chanchullos, la superficialidad, la ineficacia y la megalomanía sigan siendo su seña de identidad. Este modo de actuar en política es propio de los otros y miren las consecuencias que nos han traído. Los oriolanos se lo agradeceremos.

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