Solían retener a personas, que habían declarado contra ellos, en domicilios ocultos, donde les agredían y amenazaban durante días para que se retractaran de lo dicho
La Guardia Civil de Torrevieja ha detenido a 9 personas pertenecientes a un conocido clan familiar de dicha localidad, compuesto por 6 hombres y 3 mujeres. Todos ellos son de nacionalidad española, con edades comprendidas entre los 25 y los 48 años, excepto una mujer 36 años, que es de nacionalidad alemana.
Han sido detenidos por ser los presuntos autores de los delitos de tráfico de drogas, detención ilegal, delito de obstrucción a la justicia y delito de pertenencia a grupo criminal.
En la operación se han intervenido 1.805 euros en billetes fraccionados, 3 teléfonos móviles, 2 ordenadores portátiles, 2 memorias usb, 1 báscula de precisión y 4 gramos de cocaína, así como numerosos útiles para el consumo de esta.
Esta no es la primera vez que se desmantela este clan de etnia gitana, pues al cabecilla de la banda, conocido como “Tote”, le constan un total de 17 detenciones y 39 delitos, entre los que destaca el tráfico de drogas, la tenencia ilícita de armas, amenazas, allanamiento de morada, detención ilegal y obstrucción a la justicia. En su mayoría se trata de delitos violentos, lo que muestra la peligrosidad del grupo.
La Guardia Civil, conocedora de las actividades delictivas cometidas por este clan, comenzó una investigación para lograr detenerles y poner fin, de nuevo, a su negocio de la droga en Torrevieja.
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Casas embargadas
Esta asociación delictiva tenía establecidos varios puntos de venta por todo el municipio: utilizaban diversos domicilios, usurpados a una entidad bancaria, para distribuir cocaína y heroína entre un gran número de consumidores de la ciudad.
Algunos de estos clientes, han llegado a estar incluso retenidos, en contra de su voluntad, durante varios días, siendo amenazados, intimidados y agredidos, por haber colaborado en algún momento con la justicia y haber declarado contra el clan. De esta forma, les obligaban a retractarse de sus declaraciones policiales, eliminando así, cualquier tipo de prueba que pudiese incriminarles. En estas retenciones ilegales colaboraba todo el clan, siguiendo las órdenes directas del jefe “Tote”.
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