Medio Ambiente ultima una orden mediante la cual se denominará como «plaga» la presencia de este perforador en los pinares
La Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente ultima una orden por la que se declarará la presencia del insecto que seca los pinos (Tomicus) de la Comunidad Valenciana como “plaga forestal”, y se establecerá como “obligatorio” su tratamiento, independientemente de la propiedad de la propiedad del terreno de algunos de los municipios más afectados.
Así lo ha confirmado la directora general del Medio Natural, Salomé Pradas, tras la reunión técnica de seguimiento y coordinación de esta plaga, a la que han asistido representantes de las direcciones general y territoriales de Medio Ambiente, técnicos de sanidad forestal, así como representantes de los parques naturales.
El fin de este encuentro ha sido el de hacer un balance y seguimiento de lo ya actuado, así como coordinar las futuras actuaciones a desarrollar por esta área.
Por todo ello, se ha establecido un protocolo para que las direcciones territoriales dicten “autorizaciones de corta” a fin de que propietarios privados y ayuntamientos puedan actuar contra la plaga en sus respectivos ámbitos, “simplificándose con ello los trámites administrativos”.
«De la misma manera que se declaran obligatorios los tratamientos para combatir la procesionaria del pino en una serie de municipios, vamos a declarar que en determinados términos municipales, especialmente los establecidos por los técnicos de primera prioridad, se lleven a cabo los tratamientos para combatir la presencia de estos insectos perforadores», ha dicho la directora general del Medio Natural.
El objetivo de esta iniciativa es “evitar” la propagación de plagas de perforadores de los pinares que han surgido en diferentes puntos de la Comunidad Valenciana como consecuencia de la sequía que padece la región.
Al mismo tiempo, desde las direcciones territoriales se va a informar a los ayuntamientos y propietarios de lo que tienen que hacer en caso de detectarse la presencia de esta plaga en su término municipal.
«Y está previsto que en breve se remita información con recomendaciones para el control de estos insectos perforadores”, ha añadido.
Pradas ha explicado, en este sentido, que en la Conselleria son “conscientes” de la problemática existente.
“De ahí que hayamos puesto en marcha todas las medidas necesarias con el objetivo de disponer de cuatro unidades de trabajo, que se desplazarán a lugares donde los técnicos han detectado focos de plagas, y continuarán poniendo en práctica una serie de medidas de control”, ha puntualizado.
130 trampas
La primera actuación desarrollada por la Conselleria de Medio Ambiente se ha centrado en la colocación de trampas con feromonas. De hecho, hasta el momento se han colocado más de 130 trampas en diversos municipios de la Comunidad Valenciana, y está previsto que la próxima semana se coloquen cerca de 60 unidades más.
Del mismo modo, se han iniciado los trabajos de eliminación de árboles afectados en los parques naturales de Turia y Sierra Calderona y, a partir de ahora, comenzará la “corta y eliminación” de los ejemplares afectados en las zonas de máxima prioridad.
Esta medida se llevará a cabo donde se haya determinado la necesidad de eliminar los focos activos en los que se ha detectado la presencia de insectos perforadores de los pinares. En este caso se procederá a la corta, descopado, desramado y apilado de los pies tanto muertos como afectados y aún vivos pero afectados por la plaga.
Estos pies deben ser extraídos del monte o descortezados antes de la salida de la nueva generación de insectos adultos de su interior. Por lo tanto, el tiempo de actuación es muy limitado y en consecuencia hay que prever una concentración de medios en unos determinados días, para poder hacer los trabajos de acuerdo con la biología del insecto.
La eliminación de los pies afectados también podrá realizarse mediante su trituración por medios mecánicos.
Asimismo, desde la Conselleria se van a colocar, controlar y eliminar puntos cebos -utilización de troncos de árboles vivos recién cortados dado que, así preparados, atraen a la población de insectos evitando que se dirijan a los árboles en pie-.
En caso de que se detecten entradas de escolítidos, los cebos deberán renovarse cada seis semanas, con el fin de que disponga durante todos estos meses de material fresco, que es más atractivo, eliminando las trozas antiguas afectadas mediante descortezado.
Podrán dejarse más tiempo durante los meses fríos (noviembre, diciembre, enero) en los que se detiene la actividad de los perforadores.
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