Identificar los intereses de un partido con los intereses de un pueblo o de una ciudad es algo muy propio de mentes totalitarias. Calificar de anti a quienes se oponen y presentan una alternativa diferente a su forma de hacer política es totalitarismo o simple estupidez. El vividor político del PP Eduardo Dolón califica de “Anti-Torrevieja” a los partidos políticos que han ganado las elecciones locales y que pueden hacer saltar de sus poltronas al PP.
El todavía alcalde del PP en Torrevieja vuelve a utilizar el mismo término que fue acuñado por su maestro Hernández Mateo y el PP a principios de los años 90 para atacar a José Manuel Dolón y a otras personas que hoy estamos en Los Verdes y a los que también se nos tachó de ser “los enemigos públicos de Torrevieja”.
No se podía esperar menos de un sujeto que fue designado como su sucesor por el exlacalde que está en la cárcel por corrupto. De tal palo corrupto, tal astilla podrida.
Para el PP, éramos “Anti-Torrevieja” por denunciar la especulación urbanística, la corrupción, el enchufismo, la arbitrariedad, la desigualdad, la discriminación, la inseguridad ciudadana, el enriquecimiento de ciertos políticos y, en general, la mala gestión política del PP en Torrevieja. Y al tiempo que nos ponían “verdes”, el PP logró imponer una férrea censura en los medios de información que controlaba en Torrevieja para intentar que nuestra voz no se pudiera escuchar. Es vidente que no lo consiguieron.
Como una rata acorralada, Eduardo Dolón desempolva de nuevo ese viejo término para aludir a los partidos que, legítimamente, pueden conseguir el gobierno de Torrevieja y que representan al 62% de los votantes que se han manifestado en las urnas a favor de poner fin a la larga etapa de corrupción del PP en la ciudad.
Va a resultar que lo que le molesta al pepero Eduardo Dolón es que las sensibilidades “ANTI-CORRUPCIÓN EN TORREVIEJA” han logrado ser mayoritarias en nuestra ciudad y que esto puede significar el fin de una forma de hacer política a espaldas de la ciudadanía y el paro forzoso para los integrantes de una bandada de personas que hizo de la política su profesión y que convirtió al Ayuntamiento en un yacimiento de negocios (tanto lícitos como ilícitos) para su propio beneficio y para el de sus amiguetes. Ahí les duele.
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