Aseguran que esta manipulación es incluso presenciada en tiempo real por los propios funcionarios sin que estos hayan podido averiguar su origen ni puedan hacer nada para evitarlo
El sindicato CSIF quiere denunciar que las citas para bodas y expedientes de nacionalidad del Registro Civil de los juzgados de Orihuela solicitadas telemáticamente a través de la aplicación dedicada a tal fin se están viendo alteradas a causa de una manipulación informática que es incluso presenciada en tiempo real por los propios funcionarios sin que estos hayan podido averiguar su origen ni puedan hacer nada para evitarlo.
Unos hechos que han dado lugar a la apertura de un expediente gubernativo interno sin que hasta el momento se hayan podido aclarar ni determinar quién o quiénes los están causando y que están generando enfrentamientos y altercados entre los usuarios que se desplazan hasta el Registro Civil con la cita obtenida a través de la aplicación y aquellos otros a los que se ha “colado” de forma indebida al manipular el orden de las citas.
Esta situación está resultando especialmente comprometedora también para el personal adscrito a este servicio, que se ve inmerso en discusiones que a veces cuentan con una gran agresividad entre los usuarios. Tanto es así que el agente de la Guardia Civil destinado en el Registro Civil ha tramitado una denuncia a causa de ello.
Desde CSIF se quiere destacar que el Registro Civil de Orihuela padece una falta de personal que ya es crónica y que lastra su correcto funcionamiento. De hecho este no es un servicio independiente, sino que está adscrito al Juzgado número 3 y cuenta con dos tramitadores y un gestor para atender a 228.000 habitantes en su partido judicial. Unas cifras muy distintas, por ejemplo, a las de este mismo servicio en Elche, donde también está adscrito a un juzgado de primera instancia pero donde para atender a una población de 290.000 habitantes cuenta con 8 funcionarios más refuerzos.
La situación en el Registro Civil de Orihuela se ve agravada también por la presencia de grupos de personas que nada más cerrarse sus instalaciones forman colas para presuntamente vender los turnos a quienes acuden al día siguiente. Algo que también ha sido denunciado por el agente de la Guardia Civil destinado en dicho servicio.
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