A veces oigo hablar de Orihuela y me pregunto a qué Orihuela se refieren. Sin ir más lejos, mientras se gestaba la bochornosa moción de censura de hace unas semanas, Mónica Lorente afirmaba que Orihuela seguía estando «derecha y a la derecha». Y es curioso que ella, la lideresa del Brugal, que tanto daño ha hecho al sector ilustrado del PP –porque haberlo haylo, aunque haya que reprocharles haber consentido por acción u omisión que se perpetúen en el poder unos cuantos tahúres indecentes y maleducados- y que, además, ha dilapidado un granero electoral que su partido tenía más que consolidado, se atreva a hacer semejantes declaraciones que denotan, cuando menos, que al hablar de Orihuela sigue evocando una imagen mental que sólo existe en su memoria: la de “sus” pedanías –que afortunadamente ya no son fieles vasallas- y la de «sus» amigos de la vuelta a los puentes.
Pocas veces se repara en la extraordinaria evolución demográfica de este municipio, que prácticamente ha duplicado su población desde los 53.427 habitantes que registraba el censo del año 2000 a los 92.000 que registra el padrón municipal a 1 de enero de 2013. Pero es que los datos todavía sugieren una transformación sociológica mayor si se repara en que los nacidos en España suponen el 57% del total mientras que la cifra de nacidos en el extranjero ya alcanza el 43%. Orihuela, ¿derecha y a la derecha?
Igual miopía demuestra su torpe y recurrente estrategia de atacar a la cultura y a la ciencia, patrimonio de la izquierda desde la consideración de su inconsciente retrógrado. Ciencia y cultura que tanto ella como su alter ego, la Sra. Ferrando, tanto y de manera tan ostensible desprecian. Sólo así se entienden los reiterados ataques a personas, colectivos, asociaciones e instituciones cuyo único fin es la promoción del conocimiento, el amor por el saber y la protección de nuestro patrimonio cultural.
Sin duda, el MUDIC ha sido en estos dos últimos años, como lo fue la asociación cultural Orihuela 2m10 en el anterior mandato, su objetivo predilecto. Y así, secundadas por el Sr. Costa, no han parado de repetir sin rubor –incluso a sabiendas de estar mintiendo- que desde el Ayuntamiento se ha estado beneficiando a este museo simplemente por estar dirigido por el marido de la concejala Rosa Martínez. Es más, hemos tenido que soportar afirmaciones mucho más perversas que apuntaban a un beneficio particular que repercutía directamente en el bolsillo del marido de la concejala.
Por eso, ante semejante canallada es necesario continuar reafirmando la verdad que, por lo demás, es incontestable: el MUDIC –que está regido por una Fundación cuyos patronos son la Universidad Miguel Hernández, la Asociación Hypatia de Alejandría y el propio Ayuntamiento- ha recibido del Ayuntamiento de Orihuela durante los años en los que Rosa Martínez ha sido concejala de educación exactamente la misma cantidad (38.000 €) que se acordó en el 2008 siendo concejal de educación Antonio Ortiz y alcaldesa Mónica Lorente.
Cualquier otra cosa que se diga al respecto no es sino expresión de la política cavernícola y ruin a la que nos tiene acostumbrado el PP de Mónica Lorente y Pepa Ferrando, instalado permanentemente en el culto a la estulticia y la práctica de la vileza.
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