A partir de octubre el municipio contará con un nuevo espacio de ocio en el lugar en el que ahora se asienta el coso en ruinas
Un día histórico para Orihuela. Este lunes han arrancado las obras para la remodelación de la plaza de toros que lleva 30 años en estado de ruina. El alcalde, Emilio Bascuñana, ha visitado la primera jornada de trabajos en el coso taurino que se ha iniciado con el vallado exterior y la limpieza y desbroce en el interior. Desde hoy y hasta el miércoles se van a rescatar los elementos que por su singularidad e historia se van a mantener, como es el caso de sillares, burladores o portones, que van a ser reutilizados en el nuevo recinto multiusos, tal y como ha explicado el regidor.
A partir del jueves se iniciará la fase de demolición de las anillas periféricas. El proyecto, redactado por el arquitecto Rafael Legido, contempla el derribo de tres de los cuatro anillos con los que cuenta la plaza de toros actual. Solo se va a conservar el primero de ellos para mantener la forma del coso tal y como lo conocemos hoy en día. De esta forma el muro exterior perderá altura pasando de los 5,8 que mide en la actualidad hasta los 3,8.
“En octubre podremos disfrutar de un nuevo espacio polivalente dedicado al ocio”, ha expresado el acalde, quien ha recordado que las obras en la plaza se alargarán durante los próximos siete meses. El objetivo es minimizar las molestias a los vecinos de la zona aunque “hay que entender que para sacar adelante una obra hay que trabajarla”. Las obras cuentan con un presupuesto de 400.000 euros.
El coso se convertirá en un recinto multiusos de ocio y espectáculos con capacidad para albergar hasta 2.800 personas. El espacio contará además con un parque infantil, un servicio de cafetería, un pequeño museo de actividades taurinas y aseos públicos.
Emilio Bascuñana ha descartado que el nuevo recinto pueda acoger espectáculos taurinos, puesto que no estará preparado para ello. En este sentido, el regidor sí que ha destacado que la obra que se va a realizar es la “única opción” de poder rescatar la plaza de toros en un futuro “si es la voluntad de la ciudadanía” puesto que se va a conservar la anilla central y el coso, y por lo tanto la fisonomía del recinto actual.
El alcalde oriolano ha expresado su satisfacción por poder sacar adelante un proyecto tan demandando por la ciudadanía, puesto que el coso lleva más de tres décadas en ruina y en la actualidad supone un peligro real para la seguridad.
La necesidad de actuar urgentemente sobre este edificio histórico que está en estado de ruina y que supone un peligro real para la seguridad de las personas que transitan por su perímetro ha llevado al equipo de gobierno a buscar una solución rápida y que se ajuste a la situación económica que actualmente tiene el Ayuntamiento.
En esta línea, el arquitecto Rafael Legido ha destacado que se trata de un “proyecto austero” en el que lo que más ha primado “es la seguridad”. “Los trabajos que vamos a llevar a cabo conservan la huella del edificio y los ciudadanos a partir de octubre van a recuperar un espacio público”.
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