Más de 50.000 alumnos de la Comunidad Valenciana se enfrentarán este martes, miércoles y jueves a los exámenes que determinarán su entrada en las universidades de todo el país en unas condiciones nunca antes vistas
Llegó el día. Desde el comienzo del curso en septiembre del pasado año, miles de alumnos que aterrizaban en segundo de bachiller tenían en el punto de mira la Prueba de Acceso a la Universidad, que en condiciones normales se hubiera celebrado los días 5, 6 y 7 de junio y lo hace ahora, un mes después, debido a las consecuencias de la pandemia del Covid-19 que azotó al país en marzo.
«No nos hemos podido preparar igual que los estudiantes de cursos anteriores», afirma Helena, alumna del IES Tháder de Orihuela que representa el pensamiento de la mayoría de estudiantes que han llegado esta mañana a los institutos con los nervios a flor de piel y la mascarilla ajustada en la cara. La gran cantidad de temario que se ha quedado sin impartir, la imposibilidad de resolver dudas personalmente o la inestabilidad de aplicaciones como Google Meet para asistir a las clases on-line son algunos de los motivos por los cuales muchos de estos jóvenes han denunciado, generalmente a través de las redes sociales, la disminución de la calidad docente durante estos tiempos de Covid. Pese a todo, desde los ministerios de Educación y Universidades nunca se planteó la opción de suspender la EBAU, por desgracia para algunos alumnos que fantaseaban con la posibilidad de no tener que acudir a la prueba.
Con todo esto, la convocatoria que hoy empieza ha sufrido cambios importantes para lograr unas condiciones higiénico-sanitarias que reduzcan la posibilidad de que se generen nuevos brotes de coronavirus. Durante estos días, los jóvenes que se enfrentan a la prueba lo harán en los mismos centros donde han estado cursando segundo de bachillerato con el objetivo de evitar aglomeraciones, algo que ocurría cuando alumnos de varios institutos se reunían en un centro universitario para realizar los exámenes. Además, el número de alumnos por aula a la hora de comenzar la prueba es de 10, con una distancia mínima de 2 metros entre los pupitres y la obligación de llevar la mascarilla puesta si desean hacer alguna pregunta a cualquiera de los vigilantes que se encuentre en la sala.
Además de estas medidas sanitarias, también la propia prueba ha sufrido una serie de modificaciones en el ámbito académico. La Selectividad de este curso estará compuesta en un 60% por la nota media de Bachillerato y el 40% restante corresponderá a la calificación que obtenga el alumnado en los exámenes que se celebran en estas fechas. Por otro lado, los estudiantes no contarán con dos modelos de examen diferentes teniendo que elegir una de las dos opciones que se plantean, sino que en cada ejercicio tendrán una serie de cuestiones que podrán responder según su preferencia, descartando las restantes. Todo ello con el objetivo de dar algo más de margen a los alumnos teniendo en cuenta las dificultades a las que han tenido que enfrentarse desde que los institutos cerraron sus puertas hace unos meses.
Con todo esto, la promoción de los alumnos de segundo de bachillerato de este curso pasarán a la historia como la generación que tuvo que acudir a realizar la PAU al lado de casa, con mascarilla y utilizando gel desinfectante, algo que jamás ha ocurrido desde que nació con la «Ley Esteruelas» en 1974.
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