Mateo Marco Amorós / Nostalgia de futuro
Joaquín Marín / Fotografía
Acabar de leer el libro «La montaña y el arte» de Eduardo Martínez de Pisón, editado por Fórcola, y viajar al Pirineo, en esta ocasión para disfrutar del variado colorido otoñal, es portar una mochila plena de múltiples sensibilidades para apreciar mejor los valores de la montaña. Si además durante la estancia nos encontramos con otro libro vitamínico para entender mejor los espacios que pisamos, miel sobre hojuelas. Así ha sido con «Civilización pirenaica» de Ángel Ballarín Cornel, editado en 1972. El ejemplar lo encontramos en la biblioteca del albergue El Último Bucardo, en Linás de Broto. Una biblioteca nutrida tanto por la generosidad de los anfitriones, Encarna y Amador, como por el desprendimiento de los huéspedes.
Si el libro de Martínez de Pisón nos trae principalmente la montaña vivida y recreada por sensibles viajeros, el de Ballarín nos ofrece la montaña de los montañeses, de aquellos que viven o han vivido en y de ella, mostrándonos interesantes curiosidades etnográficas. De hecho, parte de su contenido había sido publicado en algunos números de la «Revista de Dialectología y Tradiciones populares» del CSIC.
Lo que más nos ha interesado es la evidencia de que en la montaña las fronteras políticas entre vertientes son sólo eso, fronteras políticas, lindes administrativas. Porque en el libro de Ballarín aparece la montaña como patria y patrimonio común. Y nos enseña que decir montaña es decir libertad. A pesar de las servidumbres del medio, útil y violento. Como decir montaña es decir solidaridad. Porque es difícil sobrevivir en ella aislado. Como decir montaña es decir espiritualidad. Pagana, cristiana o… Espiritualidad. No fingía Séneca cuando confesaba en carta a Lucilio sentir presencia divina al penetrar en un bosque. Por otro lado, también la montaña, mediante el trueque, fragua el valor justo de las cosas, determinado por la necesidad o por la laboriosidad de manufacturarlas.
Así en los Pirineos, lugar de gentes con pasaporte diferente pero que comparten el mismo origen, la misma historia, similares lenguajes y problemas buscando soluciones comunes. Pero si el libro da para mucho, no menos la biografía del autor, ser de la montaña.
Deja tu comentario