Carta abierta de La Campaneta a los vecinos de Orihuela

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Mano escribiendo

Por Francisco Malia Tirado, en representación de La Campaneta y sus vecinos

El día 22 de diciembre del presente año, se cerró el proceso de votación de los Presupuestos Participativos de Orihuela 2025. Una efeméride que no debería destacar en absoluto, y mucho menos si tenemos en cuenta que coincide con el sorteo extraordinario de Navidad. Por suerte o por desgracia, y en el caso de este municipio de forma más recurrente esta última, en Orihuela lo imposible se hace posible.

Ese día 22, los vecinos de La Campaneta, hasta las 19:00h, dábamos por sentado que nuestra propuesta había sido la más votada, no solo del distrito IX, sino de todas las presentadas. Por poner en contexto, íbamos por delante de La Murada incluso, pedanía que prácticamente nos triplica en población. Una vez más, la suerte o la desgracia hizo acto de presencia y, a partir de dicha hora, las propuestas de San Bartolomé, que habían ido muy por detrás de la de La Campaneta durante las dos semanas previas adelantaron a la nuestra por cuantiosos votos. Rápidamente, se corrió la voz y los vecinos nos movilizamos para volver a tomar la delantera. La reacción de los/as campaneteros/as fue exitosa, colocándonos en cabeza por más de setenta votos… hasta las 23:30, momento en el que la propuesta de San Bartolomé empezó a sumar votos de forma pasmosa hasta no solo reducir la ventaja, sino a sumar veinte votos más que la propuesta de reforma del parque de la carretera de La Campaneta.

Como el audaz lector habrá deducido, algo falla: ¿Cómo es posible que, a las 23:30 del domingo 22 de diciembre, día que da el pistoletazo de salida a la Navidad, voten más de 80 vecinos en un lapso de apenas veinte minutos del cierre de la votación, cuando el resto de las dos semanas, la ventaja de La Campaneta era abismal?

Así, los vecinos de La Campaneta, y numerosos vecinos de San Bartolomé, tenemos la sospecha de que podría haber habido fraude en el proceso de votación.

Ante estos indicios y sospechas, la concejalía de Participación Ciudadana debe intervenir sin demora, ordenando una auditoría del proceso. La auditoría sería algo tan sencillo como que el administrador de Governalia acceda a la información de los votos para corroborar si se votó o no en masa desde una misma o varias IP, lo que dejaría blanco sobre negro si hubo o no hubo fraude.

En este punto, creemos que ya es evidente que lo que menos importa son los Presupuestos Participativos, los 60.000€ o el parque de La Campaneta. Es algo más. Algo que no es cuantificable económicamente, pero sin lo que no somos personas decentes, es decir, comprometidas con la verdad, la justicia, la igualdad y, en definitiva, la democracia: los principios y valores.

Si una vez haya sido informado del asunto el Ayuntamiento, concretamente, la concejalía de Participación Ciudadana, no considera esto lo suficientemente grave desde un punto de vista moral o cívico como para intervenir es que no sirve al interés general. De toda esta situación debemos sacar una cosa en claro por encima de todo: si existe un compromiso real con la transparencia, la participación ciudadana y los valores democráticos. Todo lo demás, trampas al solitario.

Como vecinos tenemos derecho a que se nos trate con respeto y, como ciudadanos y contribuyentes, tenemos derecho a la verdad, a la transparencia y a ser gobernados por gente que esté a la altura. Es por eso por lo que demandamos al Excmo. Ayuntamiento de Orihuela que audite el proceso. Sin confianza en las instituciones, la democracia queda herida de muerte. Y, como todos sabemos, sin democracia, los débiles somos aún más débiles y los fuertes son mucho más fuertes.

La dignidad y los valores democráticos son algo que no tiene precio, aunque parece que aquí mucha gente con poder o cercana al mismo no lo tiene del todo claro. Así las cosas, no nos queda más remedio a los campaneteros y a las campaneteras que dar esta batalla y que cada quién elija con sus actos a qué bando sirve. El futuro y el desarrollo de las pedanías depende de ello y no pensamos dar ni un paso atrás. Esperamos que nuestros gobernantes estén a la altura.

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