Miguel Ángel Robles Martínez / Plataforma de Docentes por la Libertad Lingüística
Querida Lucía, creo poder empezar así porque sabes que te aprecio, antes que yo lo hizo mi padre destinado en Elche un tiempo y que nunca dejó de ponderar tu simpatía y tu belleza, tenías un gran admirador en él. Yo te conocí a raíz de una encomienda envenenada cuando acudí a una reunión para tratar sobre la fundación con el triste encargo de poner trabas y lograr que no fuera a más, parecía que las autoridades locales y las autonómicas, de signo contrario, estaban de acuerdo. Resulta impensable pero la política es muy sucia a veces. Allí el empecinado Joan Pamies y tú me convencisteis de que tal dislate era una canallada y me di cuenta de que actuabais de buena fe, con errores y aciertos, pero con entrega absoluta a la protección y difusión de su obra y legado. Hicimos muchas cosas juntos, como la Senda del Poeta, y luchaste para que en Orihuela, su pueblo, se asentaran algunos de los tesoros que conservabas, entre ellos el retrato de Buero Vallejo, el más internacional de sus iconos.
Por qué cuento esto, pues para demostrar que de ti solo tengo buenos recuerdos y que lo que voy a intentar explicarte no sale del rechazo, ni el odio, ni de una mezquina concepción de la importancia del poeta. He visto, leído y oído que rechazas el uso que hacemos algunos de la imagen de Miguel Hernández porque él nunca estaría en contra del valenciano. Seguro que no, aunque hay estudios que apuntan a su desconcierto por tener que ir a visitar a su novia a un pueblo que hablaba una lengua que no conocía y algún chascarrillo hizo, pero esto no es lo importante, lo importante es que los que usamos su imagen para decir que queremos HABLAR EN LA LENGUA DE MIGUEL no nos oponemos al valenciano. Estamos en contra de su imposición y apelamos a la libertad de aprender cada uno en la lengua materna que es en la que mejor se hace y la que recomiendan los especialistas. Miguel Hernández nos es cercano, un huertano como nosotros, y además un poeta universal, que escribió toda su obra en español siendo valenciano porque la realidad es la que es y la mayoría de los valencianos tenemos como lengua materna el español. Nos sobran los migueles, pero este es el más nuestro, sin menospreciar a Delibes, Unamuno o Cervantes que tampoco eran mancos en el manejo del español.
Las leyes que rigen nuestra convivencia nos otorgan el derecho a no usar ni aprender el valenciano y nos permiten usarlo y aprenderlo. Quienes sujetamos esas pancartas no estamos en contra de su enseñanza, nos oponemos a que sea obligatoria y especialmente a que se utilice para enseñar otras asignaturas porque eso condiciona negativamente el aprendizaje de los contenidos, con especial saña en los más desfavorecidos, inmigrantes, alumnos con problemas de aprendizaje o pertenecientes a entornos disruptivos; hay que bajar los contenidos porque no tienen nivel suficiente para profundizar en las materias y los profesores, en una gran mayoría, carecen de un dominio suficiente para ejercer su docencia. Enseñar requiere de un dominio riguroso del lenguaje para desplegar todo el abanico de colores que la lengua nos ofrece despertando así la emoción del alumno que sin ese requisito se ausenta y desentiende; la neurociencia es muy clara en esto, sin emoción no hay aprendizaje. Por esta misma razón nos oponemos a que se use el inglés como lengua vehicular de contenidos que le son ajenos. Y tampoco, como podrás suponer, estamos en contra de esta lengua, de hecho bastantes llevamos a nuestros hijos a clases particulares para que la aprendan mejor. La ley 4/2018 usa el inglés como reclamo pero pretende erradicar o arrinconar al español, es un proyecto de ingeniería política que copia la inmersión catalana que propuso Pujol para transformar esa comunidad adoctrinando a los niños y jóvenes. Fíjate si es así que uno de nuestros miembros de la plataforma de docentes por la libertad lingüística más egregio es catalán, su lengua es el catalán y escribe libros de texto en catalán, pero vino huyendo de las políticas nacionalistas que no respetan la libertad de los ciudadanos.
Esta ley no se sujeta a ningún criterio contrastado de idoneidad pedagógica, carece de los medios para implantarse, niega la realidad social de la comunidad y limita los derechos fundamentales de todos los españoles, no solo los nuestros. Si quieres nos vemos y te lo explico detenidamente, pero de momento te pido que no te molestes por estos reclamos, a mí me parece peor ver a Miguel Hernández en carteles del Partido Comunista y no tengo noticia de que haya una polémica similar por su utilización. Dudo que a estas alturas el poeta, tan humano, apoyase las ideas que trajeron el Gulag y la eliminación física de millones de personas. La enseñanza en lengua no materna retrasa el aprendizaje y condena al fracaso a algunos, nosotros queremos educar a nuestros hijos en igualdad de condiciones y “el perito en lunas” es un ejemplo de superación, honradez y esfuerzo, una muestra de que dominar bien la lengua propia te abre muchas puertas…porque el español es la lengua propia de la mayoría de los valencianos.
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