Los representantes de la cúpula regional y provincial acuden a Orihuela para calmar a la militancia y desautorizar al presidente nombrado por los afines a Pepa Ferrando
El Partido Popular de la Comunidad Valenciana (PPCV) ha dado por zanjada la polémica interna surgida en el PP oriolano tras la suspensión de militancia de la que era su presidenta, Pepa Ferrando, el pasado 2 de enero. La secretaria general del PPCV, Isabel Bonig, y su homólogo en el PP provincial, José Juan Zaplana, han participado esta tarde en un Comité Ejecutivo celebrado en la sede del partido en Orihuela, en el que han respaldado a Dámaso Aparicio como presidente en funciones a la espera de resolver los expedientes sancionadores abiertos contra Ferrando y cinco concejales más.
De la misma forma, han desacreditado al presidente provisional que los afines a Pepa Ferrando nombraron la semana pasada en una Ejecutiva que la cúpula alicantina y valenciana del partido no reconocen. Francisco Pérez, que así se llama, ha entregado en mano a Isabel Bonig un comunicado en el que muestra sus «discrepancias» con el proceder de la Ejecutiva local, provincial y regional por entender que la suspensión de militancia de Pepa Ferrando «no se ha ajustado a la más estricta legalidad». Y en el que sostiene la validez de su nombramiento como presidente provisional del PP de Orihuela en base al Reglamento de Organización de esta formación en la provincia de Alicante.
Precisamente el número dos del PP alicantino, José Juan Zaplana, en declaraciones a los medios, se ha basado en el artículo 44 del citado documento para desautorizar a Pérez. Este enunciado «deja claro que no es competencia de los comités locales elegir a los presidentes provisionales». Por lo que, ha explicado, no van a admitir ningún tipo de debate al respecto. Como así lo ha dejado claro también ante Pérez, quien se ha marchado de la sede tras un encuentro de 15 minutos con los representantes del PP valenciano y alicantino.
«No hemos querido imponer a Dámaso Aparicio, él era el secretario general desde hace casi dos años y los estatutos del partido señalan que cuando un presidente deja el cargo esta figura debe tomar el relevo», ha indicado Zaplana al tiempo que ha dicho que le «damos el poder y las llaves del partido para que siga trabajando.»
Aunque no se sabe bien hasta cuándo porque el número dos del PP provincial no se ha querido mojar sobre la imposición de una gestora en la formación oriolana. Preguntado por este asunto ha señalado que «en caso de que se quisiera constituir eso es asunto del Comité Ejecutivo Regional».
Al respecto, Dámaso Aparicio ha señalado que «el partido nombrará una gestora si los compañeros siguen por el camino de la división y la desunión» pero «de momento no la hay».
Su propósito a partir de ahora, cuando el partido da por concluída la crisis, es «emprender un camino para que el PP vuelva a gobernar en el municipio de Orihuela». Y para lograrlo no ha descartado nombrar próximamente una nueva Ejecutiva tras la ruptura interna del partido.
A preguntas de los periodistas Aparicio ha confesado que le gustaría ser alcalde de la localidad al tiempo que se ha mostrado dolido con la situación que se ha generado en las últimas semanas y el nulo respaldo obtenido por parte de algunos compañeros del partido.
«Soy el secretario general porque así lo decidió Pepa Ferrando y lo refrendaron los compañeros, son los mismos que me nombraron los que ahora me dan la espalda», ha sentenciado.
La sede popular se ha llenado esta tarde de militantes y simpatizantes, más de medio centenar, que han escuchado las intervenciones de Bonig y Zaplana acerca de la situación creada en el partido. A la reunión también han acudido el coordinador comarcal, Adrián Ballester, el alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón, y la exeurodiputada Eva Ortíz.
Las llaves de la sede
José Juan Zaplana también se ha pronunciado al respecto del episodio del cambio de cerradura en la sede popular. Cuestionado por este asunto, ha descartado abrir una investigación para esclarecer estos hechos y ha advertido al presidente Aparicio que si vuelve a ocurrir llame a la Guardia Civil.
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