La semana ha empezado con la visita del Secretario autonómico de Sanidad, Luis Ibáñez, en Orihuela, concretamente al Hospital Vega Baja y también al centro de salud de Callosa. El motivo era anunciar la renovación del hospital, donde supuestamente el año que viene se mejorarán los servicios de Urgencias y Rehabilitación con la inversión de un millón de euros, y la ampliación de cuatro consultas en el centro de salud de Callosa. Dos muy buenas noticias, sin duda.
Según la nota de prensa de la propia Generalitat, Luis Ibáñez manifestó en su visita que «este es un ejemplo del esfuerzo continuo que realiza el Consell por acercar y mejorar la sanidad a los ciudadanos». Pues se le debió olvidar Orihuela. Está muy bien que el señor Ibáñez se haga fotografías y visite inversiones de 20.000 euros en Callosa, que además la Generalitat ha realizado conjuntamente con el ayuntamiento callosino, pero creo que los representantes de los ciudadanos estamos, sobre todo, para resolver sus problemas. Para eso es necesario conocerlos de primera mano, acercarse a ellos alguna vez.
Y aquí, en Orihuela, tenemos uno bien grande con el centro de salud del Rabaloche. Podría haber visitado el señor Ibáñez el solar que la conselleria de Sanidad tiene cedido desde 2009 para su construcción. Podría haber visitado las instalaciones del único centro de salud de España en barracones junto al Ayuntamiento. Podría haberse interesado por esas condiciones de las que habló de los casi 20.000 vecinos que esperan desde hace una década que quien tiene la obligación legal de construir unas instalaciones médicas dignas para estos ciudadanos, que lo son tanto como los de cualquier otro municipio, las lleve a cabo. Pero pasó de largo, como Mister Marshall por Villar del Río en la genial película de Berlanga.
Esta semana, además, hemos visto como el presidente de la Generalitat acudió al barrio valenciano de Benimaclet para el inicio de las obras de un centro de salud de 2.224 metros, que costará 2,7 millones de euros y atenderá a 19.000 usuarios. Exactamente lo que necesita Orihuela, que tan lejos está de Valencia. Y no solo eso, encima el secretario autonómico mintió. Dijo que todavía falta que les llegue la solicitud formal del Ayuntamiento. No es verdad, están todos los trámites cumplidos, la caja que estuvo presente presidiendo el pleno del pasado mes de septiembre con el proyecto constructivo está enviada, aunque en la Conselleria de Sanidad ya tenían una copia. Y el dinero, 3 millones de euros, supuestamente está consignado por cuanto forma parte de los 1.100 millones de euros que en 2009 se destinó al Plan Confianza y del que ya se han perdido casi 300.000 euros.
Nada impide que el centro de salud se construya. Nada. Ha pasado más de un año desde que se aprobó en octubre de 2013 el cambio de inversión y el Consell, el Partido Popular, siguen jugando al gato y al ratón, dando largas y enviando respuestas extemporáneas sin siquiera citar el centro de salud por su nombre.
Si el Secretario autonómico de Sanidad viene a Orihuela y no es capaz de presentarse donde está el problema que debe resolver, entonces somos los ciudadanos quienes tenemos un problema. Y se llama PP. Me remito a Einstein, un genio al que se atribuye la frase: «No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos».
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