Mateo Marco Amorós / A cara descubierta Joaquín Marín / Fotografía
Hay ocasiones en las que uno no puede ser lo imparcial que exige la simple comunicación de un acontecimiento. Es nuestro caso tratándose de la Universidad de Alicante. En ella nos formamos para nuestra profesión, quehacer docente que también ejercimos en la propia universidad durante nueve cursos como profesor asociado. Entre instituto y universidad. De la época de estudiante apenas tenemos reproches. Nuestros profesores valoraron e incentivaron nuestras ilusiones, mimando esperanzas. Luego, como profesor asociado, debemos gratitud a los compañeros y compañeras de Departamento que nos acogieron dándonos confianza y amistad.
El hecho que nos ha traído para hablar de la Universidad de Alicante es que el viernes dieciséis de noviembre se inauguró en Bigastro una Aula Universitaria de dicha universidad. Quienes defendemos la necesidad de que la Universidad sea nexo con los ciudadanos, celebramos estas iniciativas. Que en Bigastro haya sido por parte de la UA particularmente nos enorgullece. Por lo dicho. Es nuestra universidad.
Las sedes y aulas de la Universidad de Alicante que conocemos presentan un buen quehacer. Así, el aula en Bigastro, en la medida que determinan los protocolos de colaboración, no defraudará. De entrada el otro día ya disfrutamos de dos mieles. Una, la de una ilustrativa exposición de fotografías titulada «35 años de la UA». Otra, un espectáculo de danza, «La última cena», interpretado por el Aula de Danza de la Universidad. Exposición y espectáculo arroparon dignamente la firma de colaboración entre Ayuntamiento y Universidad.
La extensión universitaria, concebida como la concibiera un ilustre alicantino, Rafael Altamira, ha de resultar vínculo entre sociedad, cultura y ciencia. Por ello nos ilusiona esta aula que aumenta el potencial cultural de Bigastro. Potencial que si ya es excelente en ámbitos como el de la Música, suma ahora enteros en el amplio espacio académico y extraacadémico de una Universidad de la que muchos nos sentimos orgullosos. Y abrirá horizontes. No en vano el lema de la Universidad de Alicante reza: «Iter facite eius quae ascendit super ocasum», estimulándonos a superar los límites del ocaso. Así sea para honor y mérito de Bigastro y de la Universidad de Alicante.
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