Algo más que amigos

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Mateo Marco Amorós / Nostalgia de futuro

Joaquín Marín / Fotografía

Nuestro disco favorito de Elton John sigue siendo «Friends». Esto, reconociendo y agradeciendo siempre las recomendaciones discográficas de nuestro llorado amigo el poeta villenense Amalio Gran. Del cantante británico, Amalio reivindicaba dos elepés también estupendos: «Captain Fantastic and the Brown Dirt Cowboy» y «Madman Across the Water». Pero nosotros todavía no renunciamos a la defensa de «Friends», banda sonora de la película del mismo título dirigida a principios de los setenta por Lewis Gilbert, título traducido al español como «Algo más que amigos».

Con Elton John, como con tantos artistas o grupos musicales, cuesta elegir. Hace poco en un programa de radio discutían sobre qué canción de Elton John era la mejor. Parece que entre los participantes ganaba «Your Song» pero… Pero qué decir de «Tonight», ésta en el también estupendo doble elepé «Blue Moves». «Your Song»… «Tonight»… O «Candle in the Wind». Canción que lo mismo sirve para llorar a Marilyn Monroe –»Goodbye Norma Jean…»–, que a la princesa de Gales Ladi Dy –»Goodbye England’s Rose…»–. «Your Song», «Tonight», «Candle in the Wind»… Difícil la elección. Y no seguimos porque podríamos citar más.

Bajo la banda sonora de «Friends» se desarrolla una entrañable historia de amor entre adolescentes en un entorno de bellezas paisajísticas. La película tuvo su secuela en «Paul and Michelle». Me gustan estas películas que algunos críticos tildan de acarameladas. Nuestro amigo Alfredo Rojas hubiera dicho almibaradas. Nos gustan porque reflejan un amor puro. Amor puro al margen de una mayor o menor aceptación de los convencionalismos sociales por los protagonistas. Nos gustan porque nos recuerdan nuestras experiencias de amor puro. Como el primer beso que nunca se olvida. El primer abrazo. Las primeras caricias.

Qué bien que una música nos lleve a una película. O una película a una música. Qué bien que una película, a un libro. O un libro también a una película Y qué bien que músicas, películas o libros nos traigan vivencias estimadas. Recuerdos de los tiempos en los que fuimos con alguien algo más que amigos, de cuando las mariposas revoloteaban por el campo y… Y por el estómago.

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