Aleteo

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Mateo Marco Amorós/ Bardomeras y Meandros

Joaquín Marín/ Fotografía

«Al contarme hoy su Aleteo / me da una envidia tremenda / nuestro pájaro querido, / pues dice que en Orihuela / todas las gentes preparan / zambombas y castañuelas, / y que además van llenando / sin dejar una despensa, / de rollos y mostachones / y mantecaos de manteca / (cuidado con la trichina / ¡canario! ¡que se indigesta!) / tortitas de aceite, y tortas / ya con miel ya sin ella; / peladillas y turrones / de la región jijonenca / y todas las golosinas / que es costumbre en esa tierra / fabricar, para engullirlas / de Navidad en las fiestas».

Así comienza el poema titulado «Aleteo» firmado en Alicante en diciembre de 1900 por Abelardo Teruel, publicado el veintitrés de ese mismo mes y año en «El Oriol», periódico independiente de Orihuela según reza en su cabecera. Abelardo Teruel, Abelardo Lorenzo Teruel y Rebollo, afincado por motivos profesionales en la capital de la provincia, había nacido en Orihuela el cinco de agosto de 1878. Desde sus afanes literarios felicita la Navidad a sus paisanos apreciando las costumbres del lugar. Nosotros, aprovechamos sus cariñosos versos para desear también una Feliz Navidad a nuestros paisanos.

Tras esta estrofa refiriendo tradiciones folclóricas y gastronómicas, advirtiendo del peligro de la triquinosis, pasa, en la segunda, a desear suerte en la lotería y a confiar en el progreso que se abre con el nuevo siglo. La alusión a la triquinosis, a pesar del tono jocoso, no era broma. En el mismo número aparece un suelto advirtiendo que no sólo los cerdos «padecen la terrible enfermedad que tantas víctimas ha ocasionado en Murcia», también los conejos; y que por otro lado «parece que en el ganado lanar, se presenta una nueva enfermedad contagiosa y que es sumamente perjudicial para el individuo que come la carne de un animal atacado de ella».

Retomando el poema, continúa Teruel haciendo una larga y argumentada defensa de la prensa, considerándola fundamental para el progreso de la patria chica. Juez y parte, Abelardo Teruel barre para casa. Y nosotros con él, considerando importantísima la labor de los periodistas que con responsabilidad trabajan para informarnos y formarnos. Periodistas a los que, con su permiso, considero colegas.

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