A los pacientes ni agua

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Honorio Fernández en el Hospital de Torrevieja

Un paciente del Hospital de Torrevieja denuncia que le denegaran una botella de agua para tomar la medicación 

Honorio Fernández Llamas tiene 75 años y está recién operado de la cadera, este paciente –ingresado desde el pasado 4 de junio- denuncia la poca atención, la falta de personal y la escasez de medios a la hora de que los pacientes estén cómodos y bien atendidos.

Honorio nos relata que a los pacientes sólo se les entregan dos botellines de agua de medio litro al día, menos que lo que se indica por los facultativos como adecuado para mantenerse hidratado, más de un litro y medio de agua al día,  y que la medicación se las entregan sin tan siquiera un vaso de agua. “Llame a pedir agua para tomar las pastillas y me contestaron que si quería agua me la tenía que comprar” explica con gran indignación, y continua relatando «pero eso no es todo, hay mucho menos personal del que se necesita por planta, he tenido que esperar más de media hora para que me ayudaran a incorporarme para ir al aseo”. Honorio no se puede apenas mover dada la operación de cadera a la que ha sido sometido, incluso hasta ayer no podía incorporarse para comer, razón por la que pasó 24 horas sin comer sin que nadie le preguntara la razón por la cual dejaba sin tocar la bandeja. “No llegaba a cogerla”, explica Honorio, «la chica que trae la comida vio la bandeja en la misma posición que la dejaron, sin tocar la cogió y ni siquiera me pregunto si había pasado algo, por suerte pude alcanzar la manzana que dejaron y poder cenar.

El relato de la falta de atención, la poca dedicación de los profesionales y algunas de las cosas que le han sucedido y que con meticulosidad apunta en una libreta, es largo y nos dibuja un panorama de desafección por los pacientes, una lejanía en busca de la «rentabilidad» para la empresa gestora del Hospital. Pero lo que peor lleva Honorio es que le nieguen el agua y la asistencia que necesita para poder comer o realizar cuestiones básicas. Nos cuenta que las trabajadoras de la planta le han explicado que hay poco personal, pero eso no hace entendible, para este hombre ya mayor y que conoció una sanidad mucho más humana, que se conteste a un paciente que está ingresado y sin poder moverse, que si quiere agua se la tiene que comprar. Las quejas sobre la cocina también ocupan una parte importante del discurso de Honorio, quejas que si has sido testigo de la comida que suben a planta tienen su base, pero no es lo que más le preocupa a este paciente, que se queja en especial de la falta de coordinación entre los distintos departamentos, la mayoría de ellos externalizados, del Hospital de Torrevieja, ya que le han subido comida que no podía ingerir por otras patologías previas y que constan en el historial médico.  Pero lo peor de todo concluye es que los pacientes no seamos más que números para la empresa gestora del Hospital. 

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